Andalucía

El detenido por el ataque en Algeciras podría ser un 'lobo solitario' y tenía orden de expulsión de España

El detenido por el atentado yihadista en Algeciras, en comisaría

La Policía Nacional trata de confirmar a esta hora que Yassin Kanza, el presunto autor de los ataques de Algeciras, es un lobo solitario, como todos los indicios apuntan. No se ha encontrado información que apunte a la participación de más personas en estos hechos, que todavía el Gobierno no ha confirmado como atentados terroristas, aunque la Fiscalía de la Audiencia Nacional los está investigando como tal.

Kansa es de nacionalidad marroquí, tiene 25 años y se encuentra en situación irregular en España. No tiene antecedentes en el país y residía junto a otros compatriotas suyos en un piso cercano a la zona en la que ocurrieron los hechos. Fuentes del caso señalaron que tenía abierto un expediente de expulsión para ser devuelto a Marruecos desde el año pasado, que aún no se había materializado.

La Policía registró la vivienda del detenido durante la noche de ayer, sin que se haya encontrado ninguna información que apunte a que el sospechoso recibió ayuda de más personas. Hasta este momento, sólo hay un detenido, el propio Yassin Kanza, que permanece en las dependencias de la Policía Nacional.

Fuentes de la investigación apuntan que es muy probable que se apure el plazo máximo de 72 horas de detención antes de su puesta a disposición judicial. Incluso aseguran que es muy probable que, cumplido este plazo, la Policía solicite a la Audiencia Nacional la prórroga de 48 horas más que permite la ley. El caso se está investigando judicialmente en Madrid, en el juzgado Central de Instrución número 6 de la Audiencia Nacional.

La principal hipótesis actual es la de que el detenido actuó como un lobo solitario, siguiendo las recomendaciones que el Estado Islámico ha realizado en numerosas ocasiones a sus seguidores y reproduciendo modelos de atentados cometidos anteriormente en Europa, sobre todo en Francia, donde se han sucedido ataques en iglesias y contra religiosos en los últimos años.

Uno de los últimos casos ocurrió en abril de 2022 en Niza, donde resultaron heridos un cura y un feligrés en otro atentado con arma blanca. En octubre de 2020, tres personas murieron en otro ataque registrado en otra iglesia de la misma ciudad de la Costa Azul. En España no hay precedentes de este tipo de ataques yihadistas en iglesias, si bien en el año 2019 la Policía Nacional abortó un intento de atentado durante la Semana Santa de Sevilla por parte de dos jóvenes marroquíes que residían y estudiaban en la capital andaluza.

Kanza fue detenido por la Policía Local de Algeciras y no hizo ademán de inmolarse. Fuentes de la investigación aseguran que el hecho de que vistiera una túnica negra revela su intención de no morir en los ataques, pues en ese caso habría vestido de blanco. Luego fue entregado a la Policía Nacional. Interior ha desmentido que estuviese siendo vigilado desde días atrás.

Los hechos ocurrieron sobre las siete de la tarde de ayer. El atacante se dirigió a la parroquia de Santa María Auxiliadora, donde irrumpió en la capilla de San Isidro, armado con un machete de grandes dimensiones, y apuñaló al vicario salesiano Antonio Rodríguez, de 74 años, natural de Écija, que estaba celebrando la Eucaristía de las siete de la tarde. Este sacerdote resultó herido de gravedad y está ingresado en el hospital Punta de Europa en estado estable.

Posteriormente, accedió a la iglesia de Nuestra Señora de La Palma, el templo de la Patrona de Algeciras, en la céntrica Plaza Alta. Allí causó varios destrozos en la zona del altar y atacó al sacristán Diego Valencia, quien logró salir del templo pero fue alcanzado por el sospechoso en el exterior, donde le causó heridas mortales. Otras tres personas resultaron heridas, aunque de momento se desconoce su estado.

Después, supuestamente el mismo asaltante se dirigió a la Capilla de Europa, un templo ubicado frente al anterior y aporreó la puerta, pero como la iglesia estaba cerrada, se marchó. La Policía Local le detuvo finalmente en las inmediaciones de la Plaza Alta y lo puso a disposición de la Policía Nacional que lo custodia en la comisaría de Algeciras. Todo esto lo hizo mientras profería gritos de "muerte a los cristianos" y "Alá es grande".

La Conferencia Episcopal Española ha expresado su más firme condena a forma de violencia, "que no puede tener lugar en la sociedad en la que vivimos" y ha trasladado su cercanía y afecto a los familiares de las víctimas, a la diócesis de Cádiz y a la sociedad del Campo de Gibraltar.

"Como creyentes, pedimos al Dios de la misericordia y de la paz que llene de esperanza los corazones de las víctimas y sane los heridos, acompañe a la Iglesia y a la sociedad en la búsqueda de la paz y convierta el corazón de las personas violentas", han indicado los obispos en un comunicado.

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