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El interior de Andalucía se queda sin habitantes: estas son las zonas más vacías de la comunidad

El interior de Andalucía se queda sin habitantes: estas son las zonas más vacías de la comunidad.

El interior de Andalucía se queda sin habitantes: estas son las zonas más vacías de la comunidad. / Dpto. de Infografía

Andalucía envejece y pierde población, al igual que ocurre en otras comunidades autónomas y territorios de la Unión Europea. Los municipios más afectados por la despoblación y el envejecimiento se sitúan en zonas del interior, montañosas y rurales.

"Los municipios que pierden más población y que más envejecen están situados en la Sierra: En la provincia de Huelva, Aracena y Picos de Aroche tienen un despoblamiento muy acusado, extremo. Riotinto y Cuenca Minera también pierden población. En Sevilla, la Sierra Norte; en Córdoba, Los Pedroches; en Almería y Granada, Las Alpujarras; y en Málaga, la Serranía de Ronda.

La despoblación se localiza en las zonas serranas mientras que los ámbitos urbanos en sus zonas metropolitanas, así como los litorales, ganan habitantes. Es el contraste", explica Carolina del Valle, profesora en el departamento de Geografía Humana en la Universidad de Sevilla, que ha participado como investigadora en el estudio El vaciamiento del campo andaluz. Prácticas y propuestas para ocuparlo, proyecto de investigación financiado por el de Centro de Estudios Andaluces de la Junta de Andalucía.

Según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE), Andalucía cuenta con una población de 8.472.407 habitantes, a fecha de 1 de enero de 2021. Del total de esta población 900.218 personas residen en municipios de menos de 5.000 habitantes, lo que en datos relativos se traduce en el 10,62%.

Envejecimiento y emigración

El proceso de despoblación en las zonas serranas tiene dos causas principales: el envejecimiento y la emigración de la población. "El joven de un pueblo de la Sierra Norte de Sevilla que no encuentra oportunidades para trabajar emigra a la ciudad a estudiar, comienza a trabajar y ya no retorna al pueblo", explica Del Valle, al incidir que las nuevas propuestas de los Ayuntamientos afectados van encaminadas a evitarlo.

El descenso de habitantes lleva aparejado la pérdida de equipamientos. "Algunos pueblos ya no cuentan con niños para mantener un colegio, por ejemplo. El equipamiento se pierde", advierte la experta en Geografía Humana.

Frenar la emigración causada por la falta de oportunidades para los jóvenes, y responder a las demandas de una población cada vez más anciana son desafíos destacados en los municipios del interior.

Según datos del INE, el 66% de los municipios andaluces tienen menos e 5.000 habitantes; es decir, Andalucía cuenta con 785 municipios y 527 de ellos están por debajo de este número de habitantes.

Envejecer, un logro social

Lejos del catastrofismo, la profesora Del Valle destaca que el progresivo envejecimiento de la población es un logro social ya que es la consecuencia del aumento de la esperanza de vida. "Ganamos años a la muerte. Hoy en día la esperanza de vida en Andalucía supera los 80 años, con lo cual desde el punto de vista de ganarle años a la muerte es positivo; y por otra parte, estamos controlando la fecundidad", asevera la experta.

La esperanza de vida de los andaluces alcanza los 81,58 años según los datos del INE referidos a 2020, cuando en el año 2000 el promedio se situaba en los 78,17 años. La población no sólo vive más años, sino que consigue llegar a la etapa final de su vida en unas condiciones mucho mejor que hace 25 años.

El envejecimiento cambia las demandas sociales en los municipios. Por ejemplo, en zonas donde la demanda de asistencia geriátrica era impensable hace años, es hoy una de las principales necesidades a cubrir en los municipios envejecidos.

Otro factor que incide en la pérdida de población es el descenso de la natalidad. "La fecundidad en Andalucía es muy baja, al igual que ocurre en España, pero se ha ganado en la forma de decidir cuántos hijos quieres tener y en qué momento. Desde el punto de vista social es un logro también", añade.

El envejecimiento y el control de la fecundidad, considerados logros sociales, no obstante inciden en la pérdida de población. "Lo importante es tomar medidas para paliar un poco las consecuencias que generan estos dos logros sociales, ganar años a la muerte y poder decidir tener hijos y cuándo. En esa búsqueda de medidas se está trabajando", considera Del Valle.

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