Fallecen dos de los tres espeleólogos perdidos

"Algunos se relajan leyendo y Gustavo lo hace en la montaña"

  • El padre del espeleólogo fallecido se resignaba ante una afición que le acompañó siempre.

"Si tienes hijos, entenderás lo que se siente cuando esperas noticias de su estado en una situación como esta". Con estas palabras describía a este medio, antes de conocerse el trágico final, el padre de Gustavo Virués, Manuel Virués, lo que los familiares del espeleólogo fallecido han pasado en los últimos días, ante la falta de información en muchos casos y cuando las noticias contradictorias y confusas se sucedían sobre el estado de los expedicionarios desaparecidos en Marruecos.

Manuel reconocía que la afición por la espeleología y el montañismo de su hijo le había llevado en muchas ocasiones a pedirle que lo dejara, debido al riesgo que ello implica, pero resignado lo explicaba afirmando que "parece raro, pero algunos para relajarse se sientan en el sofá a leer un libro, y mi hijo se va a la montaña".

Cuando aún albergaba esperanzas de que todo esto finalizará como un mal sueño, el padre de Gustavo comentaba que, según le habían informado, el problema fue que se había roto una cuerda en un acantilado de unos 200 metros, aunque en ese momento aún no se tenía constancia de la gravedad del accidente.

A medida que transcurrían las horas y las informaciones iban tornándose cada vez más pesimistas, la familia hizo piña en casa de los padres de Gustavo, a la espera de noticias alentadoras a las que poder agarrarse para mantener la esperanza.

Sin embargo, a primeras horas de ayer, la peor de las posibilidades se confirmaba, y los familiares recibían la noticia de la muerte de Gustavo a través de su hermano, David, que también se encontraba participando de la expedición en Marruecos, aunque no en el grupo accidentando.

Una vez confirmado el peor de los escenarios, familiares y amigos clamaban por una rápida intervención, ya fuera de los cuerpos de seguridad marroquíes o de los españoles, con el fin de poder repatriar el cuerpo de su familiar lo antes posible.

"Estamos muy angustiados porque aún no sabemos si lo han sacado ya del acantilado o sigue allí atrapado", se lamentaba entre lágrimas un familiar del espeleólogo fallecido en declaraciones a este medio, suplicando que "por favor los traigan ya, que vayan desde España o desde allí mismo, pero que los traigan ya, porque llevan allí una semana y no pueden aguantar más", en referencia también al resto de la expedición, entre la que se encuentra un hermano y un primo de Gustavo Virués.

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