Los antequeranos parece que tenían ganas de volver a disfrutar de cierta normalidad y vivir nuevamente las sensaciones de su feria y escuchar las típicas animaciones por megafonía, sonidos que identifican de forma inconfundible a cada atracción o el olor a churros y patadas fritas. Así lo demuestran los datos de visitantes que facilitó ayer el Ayuntamiento de Antequera tras cerrarse los días festivos y concluir el programa de actividades de la feria de primavera.

Los controles de acceso establecidos tanto el Real como el Paseo Real han permitido poder tener datos concretos sobre las personas que pasaron por ambos recintos, siendo en total unas 45.000 personas las que pasaron por los mismos.

En concreto, 34.000 lo hicieron por el recinto ferial en el que han estado instaladas diferentes atracciones, puestos de alimentación o tómbolas desde el paso 21 de mayo hasta el 30 de mayo. Una semana en la que los antequeranos pudieron disfrutar de todos los atractivos que conlleva una feria a excepción de las tradicionales casetas, unos elementos que el Consistorio decidió eliminar para evitar que pudiesen producirse concentraciones de público en espacios cerrados.

Además, los responsables de las atracciones han tenido que cumplir con un protocolo de seguridad en el que se les obligaba a desinfectar los aparatos tras cada turno de uso.

“Está más animado que un año normal”, aseguraba uno de los antequeranos que visitó el recinto ferial y que sostenía que los populares ‘cacharritos’ tenían más ambiente que años de desarrollo normal de la feria.En cuanto al día de mayor afluencia, se produjo durante la jornada del sábado 29 de mayo, día en el que pasaron por el Real unas 6.700 personas

Por su parte, la muestra Sabor a Málaga que estuvo instalada durante tres jornadas en el Paseo Real recibió durante este periodo una 11.000 visitas, siendo la jornada del sábado la que mayor afluencia registró con la llegada de unas 6.000 personas.

Eso sí, dentro del recinto en el que se encontraban los 20 puestos de productos agroalimentarios y el escenario para realizar demostraciones y degustaciones quedó limitado a una capacidad máxima de 800 personas.

Un evento que suponía la vuelta de las muestras para la promoción de los productos locales que se agrupan bajo la denominación Sabor a Málaga y en la que existen multitud de empresas con un amplio abanico de muestras.

De este modo se ponía el punto final a una primera feria que los responsables del Consistorio de Antequera defendieron que se celebrase como vía para hacer que los más pequeños de la ciudad pudiesen tener un momento de celebración, aunque fuese con importantes limitaciones, una vez que parece que lo peor de la pandemia pasó y que comenzaron a realizarse eventos de diferentes dimensiones en distintas ciudades