Cómo afrontar las olas de calor en las viviendas malagueñas
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El calor del verano ha llegado a Málaga con una intensidad que ya no pilla a nadie por sorpresa. Las olas de calor, que cada vez son más frecuentes y se alargan de más, están poniendo a prueba la vida diaria de la ciudad y sus barriadas. Aquí, donde el termómetro se nos dispara sin pestañear y puede pasar de los 37,2ºC el sofoco es cosa seria. Este fenómeno, que se ha puesto más chungo en los últimos años, afecta de lleno a la salud y al bienestar de los malagueños, sobre todo a los más vulnerables, como los mayores, los chavales y los que tienen alguna enfermedad que les hace más sensibles al calor.
Las casas de Málaga, muchas hechas en tiempos en que el aislamiento térmico ni se miraba, se convierten en auténticas saunas en verano. Un agobio. La falta de sombra por las calles, la poca vegetación y que se usen materiales que no aíslan, hacen que el calor se quede atrapado dentro. Por eso, para capear estas olas de calor en Málaga no basta con que los políticos pongan parches a través de ayudas económicas. Aquí hay que cambiar el chip y darle un buen repaso a cómo montamos y equipamos nuestras casas. Estas son las cinco claves de oro para que no te achicharres este verano, poniendo el foco en algunas de las soluciones de aislamiento en verano y las ventanas térmicas.
Ventanas de PVC: la barrera moderna contra el calor
Las ventanas de PVC se han consolidado como una de las mejores alternativas para mejorar el aislamiento térmico en las viviendas malagueñas. Este material moderno, de bajo mantenimiento y gran durabilidad, destaca por su capacidad para reducir la transferencia de calor entre el exterior y el interior de la vivienda. Gracias a su composición multicámara y la posibilidad de incorporar doble o triple acristalamiento, el sistema PVC ofrece un aislamiento verano superior, minimizando la entrada de aire caliente y manteniendo una temperatura agradable en el interior.
Además, las ventanas de PVC permiten una personalización total: desde el perfil y el color hasta el tipo de apertura y los accesorios, como persianas integradas o mosquiteras. Esta versatilidad no solo mejora la eficiencia energética, sino que también aporta confort acústico y seguridad, factores clave para el bienestar en los meses más calurosos.
Aluminio y madera: ventajas y limitaciones frente al calor
Aunque el aluminio y la madera siguen siendo materiales habituales en la carpintería de ventanas, presentan diferencias notables frente al PVC en términos de aislamiento térmico. Las ventanas de aluminio, especialmente aquellas sin rotura de puente térmico, tienden a transmitir más calor al interior de la vivienda, lo que puede incrementar la sensación térmica durante una ola de calor. Sin embargo, los modelos más avanzados, equipados con perfiles de alta eficiencia y rotura de puente térmico, han mejorado significativamente su rendimiento.
Por su parte, la madera es un excelente aislante natural y aporta un toque estético inigualable, pero requiere un mantenimiento constante para resistir la exposición al sol y la humedad. En Málaga, donde la radiación solar es intensa y prolongada, la madera puede sufrir dilataciones, deformaciones y pérdida de color, lo que reduce su vida útil si no se cuida adecuadamente. Por todo ello, la elección del material debe hacerse considerando tanto el clima local como las necesidades de uso y mantenimiento.
Aislamiento en verano: la clave para un hogar eficiente
El aislamiento verano es un factor determinante para afrontar las olas de calor. No basta con cerrar ventanas y bajar persianas; es imprescindible contar con elementos constructivos que reduzcan la transferencia térmica. El Ayuntamiento de Málaga tiene implementado un plan en donde se establecen medidas específicas en el verano en el horario entre las 12 y las 21 horas durante los días de alerta. El plan malagueño tiene como fin proteger a la población, en especial, después de que en el verano 2024 el termómetro llegara a marcar 47°C. El sistema de alerta se activa basada en datos de la Aemet (Agencia Estatal de Meteorología).
Pero a veces es mejor prevenir que curar. Es por eso que los sistemas de aislamiento como las ventanas térmicas, con doble o triple acristalamiento y perfiles de PVC de alta calidad, son la primera línea de defensa contra el calor exterior. Un buen aislamiento no solo mejora el confort, sino que también reduce el consumo energético asociado al uso de aire acondicionado, lo que se traduce en un ahorro económico y una menor huella ambiental.
Otro punto importante que hay que tener en cuenta es reforzar el aislamiento en paredes y techos, instalar toldos o cortinas reflectantes y crear corrientes de aire cruzadas en las horas más frescas del día. Pero también es importante planificar cómo reducir la temperatura del hogar con la instalación de espacios verdes en donde se pueda producir sombra en algunas zonas durante el verano.
Ventanas térmicas: tecnología al servicio del confort
Las ventanas térmicas representan la evolución de la carpintería tradicional hacia soluciones más eficientes y sostenibles. Para una región como Málaga, en donde la temperatura puede tener una media de 30°C en verano, la tecnología de las ventanas es casi una necesidad para mantener un buen aislamiento térmico. Estas ventanas incorporan vidrios de baja emisividad, cámaras de aire y perfiles con rotura de puente térmico, lo que permite alcanzar valores Uw muy bajos y, por tanto, una mayor protección frente a las temperaturas extremas. En Málaga son una inversión que se amortiza rápidamente gracias a la reducción del gasto energético en climatización.