Entre bambalinas

Carnaval y se acabó

  • Tras la suspensión de la Feria, el Carnaval ha sido de los pocos eventos que se han podido celebrar, y toca trabajar unidos por él

Así vibraba calle Larios en la Batalla de las flores.

Así vibraba calle Larios en la Batalla de las flores. / J. L. P.

El pasado miércoles se anunció, aun con algunas de las contrataciones en marcha, la suspensión de la Feria de Málaga 2020. La incógnita que el coronavirus plantea sobre cualquier acto multitudinario se acaba resolviendo en aplazamientos o cierres en lo que a la cultura, popular o no, se refiere. El 10 de marzo fue el Festival de Cine, que volverá en agosto. Cuatro días más tarde, las procesiones de Semana Santa. Las hermandades de Gloria tampoco han salido y, salvo el Carmen del Perchel, aún pendiente de tomar una decisión, no habrá procesiones marítimas en julio. ¿La Victoria? Aún una incógnita. Si miramos el calendario, sólo nos quedó el Carnaval.

Frente al boquerón, en la arena de la Malagueta, cuando los grados aumentan en exceso por el fuego, por mi cabeza pasó un “se acabó” con sabor amargo y, a la vez, con cierto alivio. No es agradable pensar así cuando resulta que amas una fiesta, pero ya me pasó con el nuevo recorrido oficial en 2019. Deseas que acabe una fiesta que tanto deseabas que llegase antes. Y ahora, lejos de aquellos días, resulta que fueron de las pocas jornadas de celebración que tuvimos a inicio de año. Para los cofrades llegó el vía crucis y deje usted de contar.

La maquinaria del Carnaval malagueño sigue en marcha. La Fundación anda haciendo sus deberes para que los premios se paguen, en el engorroso proceso municipal donde una coma hace reiniciar el proceso. Hay agrupaciones de canto que empiezan a dar nombres, se anuncian ya fichajes, otros actores de la fiesta comienzan a pensar en sus espectáculos de drag o en sus diseños de fantasías porque el confinamiento lo ha permitido… y por medio se ha truncado el 40 aniversario.

En el año 1986 decía Florinda Chico, en el pregón de la fiesta, que “habría que recordar que lo popular es lo que nace del pueblo, esa gente que nunca va a pasar de las cosas que aman. Por ello, el Carnaval, lo quieran o no quienes sean, nunca va a morir”. Y ahora que el tiempo ha avanzado es momento de mantener algunas de esas ideas: el Carnaval se ama, y sólo desde el cariño a la fiesta se podrá construir y mejorar. Aquí sobran comportamientos destructivos, burlas con mala baba y la búsqueda del aplauso fácil. Igualmente, no va a morir porque es capaz de reconvertirse infinitamente.

Eso sólo se puede hacer desde la cooperación. Olvidando los premios, pensando en grande. Trabajando juntos. Convirtiendo la competición en lo accesorio. Creyendo de verdad en Momo y su fiesta de la libertad y haciendo misión entre quienes no lo conocen o lo ponen en duda. Don Bosco decía que no hay que decir “no me toca”, sino “yo voy”.

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