El Concurso Oficial de Agrupaciones de Canto ha llegado a la ciudad a ritmo de 3x4 tras un año de descanso. Con gran influencia de carnavaleros en el teatro de la ESAD actuaron en la primera sesión de preliminares un cuarteto infantil, una comparsa, un cuarteto y dos murgas.

A las 20:00 horas de la tarde inauguraba la sesión el himno oficial del carnaval junto con un aplauso recordando y homenajeando a Pascual González, pregonero de la fiesta y fundador del himno que falleció el pasado domingo 6 de febrero. El cuarteto infantil "Reliquias de cuarteto" fue la primera agrupación en cantar. 

El cuarteto infantil recreó en las tablas el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Con toques de humor y gran interacción con el público defendieron un repertorio muy divertido y agradable. 

La primera comparsa del concurso fue "La rebelión del olvido", una agrupación de Campillos y dirigida por Antonio Alejandro Gallardo Ramírez. La comparsa centró su coplas en una fuerte unión a las raíces del sur. El segundo pasodoble lo dedicaron a los niños con síndrome de Down con una letra emotiva que emocionó a todos los presentes. 

Después de la completa actuación de la comparsa volvió el cuarteto al teatro, "El cuarteto está TOCao". Una actuación muy divertida que se desarrolló en una consulta de psicología. Tres individuos con diferentes trastornos que levantaron numerosas carcajadas del teatro. El cuarteto jugó en el cuplé con el síntoma de la perdida de gusto por el Covid con la pérdida de gusto del jurado en el caso de que ellos no pasaran a la siguiente fase del concurso.

Tras el descanso de la mitad de la jornada, actuó la primera murga del concurso "La murga de los protestantes" dirigida por David Amaya Jiménez. La murga de origen gaditano se presentó como una manifestación en contra de la subida del gas, de la prima de riesgo o el cierre de los astilleros. El estribillo de los cuplés fue bien acogido y cantado por el teatro: "Los feos protestan, están agobiados con una cosilla, porque de nuevo les han quitado la mascarilla". La agrupación se despidió con un popurrí muy ingenioso que terminó poniendo en pie al teatro.

La jornada terminó con la actuación de la última murga de la noche "Médico de familia". Con el hospital civil en el fondo del forillo, una familia numerosa de etnia gitana invadían las tablas del teatro, ya que uno sus primos había tenido que ser atendido por la sanidad pública. "Esta familia es enorme, sobrepasamos la media. En vez de libro de familia, tenemos enciclopedia". La murga dedicó uno de los cuplés a la supuesta compra del Perchel por parte de los madrileños: "Madriles quieren comprar el Perchel, ser ya sus dueños. Yo pienso, que raro irá “El Chiquito” llevao por mandrileños"