CULTURA

Esplendor gótico: excelente adaptación de 'El tío Silas' de Le Fanu

La actriz Agnes O'Casey en la película.

La actriz Agnes O'Casey en la película. / D. S.

Todos los amantes de la literatura gótica, fantástica y de terror o misterio admiran al escritor irlandés Sheridan Le Fanu (1814-1873), puente entre la novela gótica de finales del siglo XVIII de Horace Walpole, Ann Radcliffe, William Beckford o Matthew Lewis y el esplendor de los maestros del misterio, la fantasía y el terror de las eras victoriana y eduardiana. Una admiración justificada por sus cuentos reunidos en las antologías En un cristal oscuro o El vigilante y otras historias macabras y sus novelas Carmilla, La posada del dragón volador, La casa junto al cementerio o El tío Silas, en la que se basa esta película.

Aunque la novela de Le Fanu más veces adaptada al cine ha sido Carmilla -tanto por la popularidad del tema vampírico como por las posibilidades eróticas que ofrece- El tío Silas conoció dos versiones cinematográficas en 1947, una argentina (Tela de araña, Carlos Schlieper) y otra inglesa (Uncle Silas, Charles Frank, con una jovencísima Jean Simmons), y dos versiones televisivas como miniserie en 1977 y 1989. La realizadora irlandesa Lisa Mulcahy, que ya exploró los territorios fantásticos en La leyenda de Longwood (2014), su primer y único largometraje hasta ahora al dedicarse habitualmente a la televisión, ha hecho justicia a esta extraordinaria novela de Le Fanu publicada en 1864 que les recomiendo (hay edición reciente en Valdemar) como si atendiera a la curiosa nota preliminar en la que el autor pedía "le sean permitidas unas palabras de protesta contra la promiscua aplicación del término tremendismo" a su obra, pidiendo que "dicho denigrante término" no se aplique a la "legítima escuela de la novela trágica inglesa, la cual ha sido ennoblecida y en buena manera fundada por el genio de sir Walter Scott".

Lisa Mulcahy ha orillado con elegancia y capacidad de sugestión el tremendismo de esta gran obra en la que se funden melodrama, suspense y terror en la historia de la joven heredera huérfana asediada en una mansión tan sugestiva como amenazadora por sus perversos parientes y por una institutriz no menos perversa. El guión de la especialista en la reescritura a la vez respetuosa y actualizada de novelas victorianas Elisabeth Gooch le saca todo su jugo de empoderamiento a la evolución de esta joven indefensa hasta enfrentarse a sus rapaces parientes. La realización de Mulcahy le da, con un tratamiento muy elegante, el aire victoriano preciso -la mansión es una importante protagonista más que el marco de la acción- y opta inteligentemente por sugerir más que por mostrar, crear tensión más que dar golpes de efecto, trabajar las atmósferas y los personajes tensando el juego psicológico de acoso.

Este tratamiento requería un potente juego interpretativo y Agnes O'Casey lo ofrece dando la necesaria mezcla de indefensión, primero, y reacción, después, a su personaje en su enfrentamiento con unos convincentes depredadores bien interpretados por David Wilmot, Chris Walley y Grainne Keenan.

Esta pequeña (por presupuesto) gran (por resultados) película, que quizás sea la mejor adaptación de Le Fanu que se haya filmado, da una buena noticia: aún es posible un cine sobrio, inteligente y artesanal que cuente con buen estilo historias apasionantes.    

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