En la muerte de Antón García Abril

Nuestra 'Semana Santa' comenzó en los Estudios Abbey Road

  • El productor Juan Lebrón recuerda la grabación de los arreglos que Antón García Abril hizo para su película

Un momento de la grabación de la banda sonora de 'Semana Santa' en Londres.

Un momento de la grabación de la banda sonora de 'Semana Santa' en Londres.

Cuando aquella mañana encaminamos, no tan ordenados, ni tan en fila india, el célebre paso de cebra a la puerta de los míticos estudios londinenses, en su entrada nos aguardaba el famosísimo productor de The Beatles George Martin.

No quieran suponer lo que significaba para mí estrechar la mano del hombre culpable de parte de la mejor música pop del Siglo XX. También para un veterano músico sinfónico como Antón, y para los que trabajábamos entonces en Juan Lebrón Producciones, señalamos aquel día en la memoria, como uno de los más inolvidables de nuestras vidas...

Allí estábamos un grupo de españoles, con una extraordinaria música de calidad inmensa y genuinamente española y andaluza bajo el brazo, y con unos fantásticos arreglos magistralmente realizados por uno de los más importantes músicos españoles contemporáneos que se colocaba por primera vez al frente de la entonces, y aún creo que hoy, mejor orquesta sinfónica de grabación del mundo: The London Philharmonic.

Comenzamos las pruebas, y pronto comprobamos que los 120 músicos con sus correspondientes separaciones acústicas y demás parafernalia técnica, no cabían en el Estudio Principal de Abbey Rd, así que decidimos mudarnos a los mayores estudios de grabación que existían en Londres, y que estaban en Wembley.

Durante dos sesiones, comenzó a obrar el milagro, y la música de mi infancia que conservaba con la memoria lejana del redoble del tambor, la trompeta y el clarinete, comenzó a tomar cuerpo sinfónico majestuoso y a asemejarse a Bernstein, Barry, Jarre, Goldsmith, Rózsa, Williams, etc.

Desde entonces, todo el público la hizo suya, la quieren y la adoran; la veneran y la consideran como lo que es: máximo y extraordinario exponente de su propia cultura única y reconocida.

Lamento mucho, que como estaba planeado, el maestro Antón García Abril no pudiera presenciar el extraordinario éxito de sus arreglos musicales orquestales el pasado lunes en el Teatro de la Maestranza de Sevilla con la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, y que no pudiera presenciar ese rotundo éxito que nos supuso a muchos entregarnos a la emoción y al borde mismo del llanto.

Yo Antón, querido amigo, me quedo con nuestros paseos por el campo infinito de la Alcarria con Félix Rodríguez de la Fuente y con su intención expresada de motivarte y conseguir tu inspiración... cosa que conseguiste, ¡y cómo lo conseguiste!

Descansa en Paz querido amigo, y hasta siempre...

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