El primer largo de los experimentados cortometrajistas Helena Girón y Samuel M. Delgado se articula como una suerte de film-medium entre tiempos y espacios en sus texturas analógicas y su deriva sonámbula. Dos tiempos que comunican aquellos días de la “Conquista de América” en 1492 y un presente donde aún resuenan los falseamientos épicos de la historia o los estigmas del legado colonial. Dos espacios, la Galicia rural y agreste de los contornos orensanos donde quedaron las mujeres de los navegantes que marcharon en busca de fortuna, y esas Islas Canarias y su costa donde huyen y se refugian los marineros condenados, también anónimos y desheredados, que se encabalgan y comunican a través del montaje y el archivo.

Eles transportan a morte fluctúa así entre estos dos ámbitos del contraplano o la utopía de la Historia y su representación atenta a la configuración de los rostros y los cuerpos en el paisaje, explorando desde su materia fílmica un poderoso entorno natural que revela un pasado que renace ahora bajo nuevas claves, nuevas perspectivas y nuevos focos alejados de la Historia oficial, también la del propio cine español (véase el fragmento de Alba de América recontextualizado) que contribuyó a manipularla.

Resuena aquí el eco aquella operación de vaciado que hizo Albert Serra con el Quijote en Honor de cavalleria, aunque Girón y Delgado van incluso más allá al decantarse por la vertiente más experimental, inmersiva y espectral de unas imágenes, sonidos y texturas que se adentran en la abstracción sobre un relato mínimo que revela todo su arrojo político y su calado teórico enunciado desde las formas del presente.