Desde Finlandia con distribución norteamericana, Sisu recupera el espíritu más festivo y exploit de la serie B bélica (recuerdo aquella memorable cinta noruega Zombis nazis) para celebrar y parodiar el patriotismo finés desde las claves del héroe indestructible y solitario capaz de cargarse él solito al último y más salvaje de los comandos nazis de la II Guerra Mundial con tal de proteger el oro encontrado en los recónditos, planos y hermosos parajes de Laponia.

Revestido de esa aureola mítica e inmortal de los guerreros de leyenda, nuestro minero callado y sigiloso (Jorma Tommila) resiste a las balas, los golpes y las caídas más inverosímiles y se ve literalmente empujado a una supervivencia brutal en el campo de batalla que será también la de esas mujeres retenidas por los soldados alemanes. Sisu encuentra así su particular actualización doblemente empoderada y resistente para entregarse a un festín de afrentas y respuestas filmadas con ingenio, todo lujo de celebración gore y un sentido del espectáculo puramente visual que hacen de Helander un más que posible candidato a dar pronto el salto a Hollywood.

La estructura episódica o los rótulos en amarillo ponen el guiño tarantiniano y un fino casting de malencarados el contrapunto necesario para odiar al nazi miserable y verlo estallar en mil pedazos con la conciencia muy tranquila. Ningún animal, perro o caballo, fue maltratado durante el rodaje.