Un hombre de acción | Estreno en Netflix

Anarquismo para dummies

Juan José Ballesta y Liah O'Prey en una imagen del filme.

Juan José Ballesta y Liah O'Prey en una imagen del filme.

Dispuesta a simplificar la historia o a caricaturizar cualquier movimiento revolucionario con tal de entretener al personal en el sofá, Netflix está detrás de esta producción española dedicada a quien fuera uno de los más activos guerrilleros urbanos del anarquismo español en el exilio francés, aquel Lucio Urtubia (1931-2020) que quiso echarle un pulso al sistema y a la todopoderosa banca a golpe de atraco y falsificación.

Embutido en el molde del cine de aventuras con aire cool, nuestro hombre de acción e ideales básicos cantados al viento sale del opresivo terruño navarro para desembarcar en un París de tres rincones y localizaciones gallegas donde entrará en contacto con los camaradas españoles para asimilar pronto ese espíritu robinhoodesco en el que cada botín se divide en tres partes, una para la causa, otra para los presos y familiares y, por supuesto, una más para el propio justiciero, que tendrá que lidiar de paso, como mandan los manuales de guion, con sus propios conflictos familiares.

Ruiz Caldera (Tres bodas de más, Anacleto, Superlópez) parece creer que tiene entre manos una gran producción cuando cada decorado o cada escena de acción cantan sus muchas limitaciones presupuestarias, pero poco importa: Un hombre de acción quiere jugar en la división del producto transnacional y exportable incluso cuando el bueno de Juan José Ballesta trasmite siempre la sensación de estar repitiendo sus diálogos y proclamas de memoria.