Salir al cine

Paz, amor y rock duro en una laguna de heces

  • Un documental analiza en perspectiva aquel Festival de Woodstock de 1999 en el que se desataron la violencia, el odio y los abusos sexuales en mitad de una ola de calor y caos organizativo. 

En el verano de 1999, 30 años después de aquel mítico festival de Woodstock que puso el colofón a la era hippie y a la contracultura juvenil con una serie de conciertos celebrados en los prados de Bethel (New York) bajo el lema de ‘3 días de paz y música’, apenas quedaba ya memoria del espíritu original de aquel evento entre las decenas de miles (se calcula que 300.000) de veinteañeros blancos que mayoritariamente pagaron su entrada para acudir al nuevo festival conmemorativo con un cartel que reunía a los grupos de rock duro más importantes de la época (Metallica, Limb Bizkit, Race Against the Machine, Korn, Bush, Kid Rock o Megadeth) junto a otras estrellas más moderadas como Alanis Morrisette, Jamiroquai, Sheryl Crow, Elvis Costello y Jewell o emergentes fenómenos dance como Moby o Fatboy Slim.

Si el oscarizado documental de Michael Wadleigh (1970) había consolidado el mito musical (Hendrix, Baez, Joplin, Cocker, Santana, la Creedence, Greatful Dead, Jefferson Airplane, The Band…) del festival a pesar de los numerosos percances y accidentes que lo rodearon, el evento de 1999, tercer intento del promotor Michael Lang por repetir la fórmula del éxito después de un segundo (fallido) en 1994, no pudo ya disimular la hecatombe en la que fue convirtiéndose al paso de las horas del fin de semana del 22 al 25 de julio en Rome (New York), con un creciente ambiente de vandalismo, odio, destrucción y desastre organizativo que hizo que buena parte de aquella masa enfurecida, alcoholizada, sudorosa y sedienta caminara, saltara y durmiera sobre orina, fango y heces desde la primera noche o sufriera las consecuencias del calor asfixiante que azotó la antigua zona militar cercada donde se celebraba.

El documental de Garrett Price que puede verse ahora en HBO retrata con abundante material de archivo lo que allí sucedió, pero sobre todo pone en lúcida perspectiva histórica, cultural, política y sociológica, con testimonios de historiadores, periodistas, promotores, artistas y público asistente, las circunstancias que confluyeron para convertir Woodstock 99 en el foco descontrolado de una ira juvenil que, entre otras muchas consecuencias, provocó numerosos abusos sexuales de mujeres en un ambiente de violencia e impunidad.

Una perspectiva múltiple que habla del final de una era de idealismo, del vaciado ideológico de toda una generación atrapada por las nuevas estrategias del capitalismo, de una música rock, especialmente el nu metal, que había canalizado ese sentimiento de rabia y rebeldía sin causa, de la batalla cultural entre las nueva comercialización juvenil del pop-rock desde medios como la MTV, a la que los organizadores han acusado siempre de caldear el ambiente del fin de semana y consolidar la mala fama del evento, y esas otras bandas airadas que compartían un mismo escenario y espacio comercial, de cómo la avidez (las botellas de agua se vendían a 4 dólares) y el cinismo de los promotores no previó el campo de batalla en el que habían convertido el festival, o de cómo esa misma cultura juvenil y eminentemente blanca supuraba comportamientos racistas, homófobos y misóginos hasta consecuencias que apenas fueron frenadas por la policía cuando ya era demasiado tarde.

Cine de autor para las noches de verano

Tres sesiones le restan a la programación de cine del ciclo ‘Noches de verano’ que Caixaforum-Sevilla celebra al aire libre en sus instalaciones de la Isla de la Cartuja. Hoy jueves 12, a las 22:30h., se proyecta la estupenda cinta española La hija de un ladrón, debut en la dirección de Belén Funes y ganadora del Goya a la mejor dirección novel que se adentra en la maternidad solitaria, la precariedad laboral y las relaciones paterno-filiales de la mano de Eduard y Greta Fernández, también padre e hija en la vida real. 

Para el jueves 19, La mujer de la montaña, de Benedikt Erlingsson, Premio Lux del Cine Europeo en 2018, nos lleva a los espectaculares parajes naturales islandeses para desplegar su fábula feminista y de resistencia ecologista con una banda sonora interpretada ‘en vivo’ dentro del propio filme.

Cerrando el mes, el jueves 26 se proyecta la estimable The farewell, pequeño hito indie de la temporada pasada que retrata las relaciones de una familia china emigrada a Estados Unidos que ha regresar a su país de origen para cuidar y despedirse de la abuela y matriarca. Un filme sobre el luto, las raíces y la identidad cultural con el que su protagonista, Akwafina obtuvo el galardón de mejor actriz de comedia en los Globos de Oro.

La película de la semana: ‘Charlatán’

La veterana directora polaca Agnieszka Holland se mueve entre las series americanas de prestigio y ese cine europeo de calidad comprometido con causas y temas sensibles y destinado al público adulto. En Charlatán recupera la figura del médico alternativo checo Jan Mikolášek, quien durante la Segunda Guerra Mundial y la posguerra se granjeó no pocos problemas al tratar sin distinción a ricos y pobres, a los nazis durante la ocupación y a los comunistas después de la contienda.

Charlatán Trailer.