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Crítica 'No es mi tipo'

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No es mi tipo. Comedia romántica, Francia-Bélgica, 2014, 108 min. Dirección y guión: Lucas Belvaux. Fotografía: Pierric Gantelmi d'Ille. Música: Frédéric Vercheval. Intérpretes: Emilie Dequenne, Loïc Corbery, Sandra Nkake, Charlotte Talpaert, Anne Coesens. 

Del belga Lucas Belvaux hemos apreciado siempre su voluntad por mantener el cine de género a un alto nivel de eficacia, seriedad y dignidad alejado de mayores veleidades autoriales, lo que no ha impedido que alguna de sus películas, desde aquella trilogía de debut formada por Después de la vida, Escapando y Una pareja perfecta, hasta las más recientes Rapt o 38 témoins, hayan pasado por los festivales de primera línea.

No es mi tipo supone un cambio de registro para abrazar el molde de la comedia romántica desde una interesante perspectiva de clase y un cierto regusto amargo, adaptación de la novela de Philippe Vilain que nos lleva a la ciudad de provincias de Arras a la que destinan temporalmente a un estirado profesor de filosofía (Loïc Corbery) coincidiendo con su última ruptura sentimental.

En ella seguimos sus pasos, su poca voluntad de adaptación, su añoranza de París, hasta que conoce a una peluquera de pelo teñido y uñas color fucsia a la que decide seducir contra todo pronóstico. Belvaux cambia entonces el foco para retratar con cierta complejidad el desigual proceso de enamoramiento entre ambos, que empieza en un tono de comedia ligera, a saber, haciendo que las diferencias entre ambos, las propias entre el estereotipo de un profesor y el de una peluquera, sean leves obstáculos para la culminación romántica y carnal, y se va escorando poco a poco hacia el drama en el que es ya definitivamente ella, interpretada por una espléndida Emilie Duquenne (Rosetta, La chica del tren, Perder la razón), la que toma las riendas autoconscientes de la derrota en un juego sentimental en el que afloran la hipocresía, los miedos o la cobardía masculina, el desvelamiento de un desencuentro anunciado y de una desaparición incierta.

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