Cómic

Misterio entre ranas

  • Enmarcado en un relato de corte criminal, este cómic nos va deparar muchas sorpresas, y unos protagonistas de lo más particular

Dibujo de la portada del cómic.

Dibujo de la portada del cómic.

Esta historia comienza de la manera más típica en un relato negro, noir. Un detective llega a un lugar, una localidad desconocida para él, encargado de la búsqueda de un joven desaparecido, un niño bien llamado Arno Cavalieri.

Pero hasta aquí llega lo de 'típica', ya que desde su violento prólogo vamos a comprobar que en este puzle hay infinidad de piezas desparramadas sobre la mesa, y debemos ir encajándolas una a una para poder tener una imagen completa del escenario, en este caso una húmeda localidad llamada Saint-Elme, que da título a este primer volumen.

Otro de los detalles particulares de la trama es que el detective encargado del caso, que responde al nombre de Franck, es un tipo con el que nos va a ser completamente imposible empatizar, ya que tiene una maneras harto desagradables. Es, a fin de cuentas, un auténtico borde que, con la ayuda de la peculiar Dombra, van a ir recabando información que les permita desvelar el misterio que rodea al desaparecido.

Pero en este curioso enclave residen otros personajes, a los que iremos conociendo poco a poco, teniendo todos y cada uno de ellos un importante papel, por un motivo u otro, en la apasiónate trama: Morba, un silencioso hombre que lo arriesgará todo para salvar a una jovencita; Tania y Stan, hermanos e hijos del hombre que ostenta el poder en el lugar, el inestable Roland Sax; Arthur Spielman, dueño de un albergue, La Vaca quemada, que tiene una increíble facilidad para predecir las inesperadas lluvias que en cualquier momento pueden calarte hasta los huesos; la señorita Mertens y Paco, dos desconocidos que van a iniciar una relación…

Como todo buen relato noir, éste en particular nos va a llevar por vericuetos inesperados, y a la vuelta de la esquina podemos encontrarnos con que la violencia late bajo las calles del lugar. Donde se esconden muchos secretos, se trapichea bastante y el submundo criminal tiene un papel importante. Hechos estos que el expeditivo Franck va a ir averiguando, chocando con algunos de frente y haciendo que Dombra tenga que tomar cartas en el asunto, necesitando la ayuda de un personaje al que se nombra varias veces a lo largo del relato, pero al que no vamos a conocer hasta la conclusión de este volumen, cuando no tenga más remedio que acudir para ayudar a solventar los problemas, muy violentos, que van a surgir.

Su nombre es Philippe.

Me ha resultado imposible no recordar la genial película de los hermanos Coen, Fargo, y derivada serie de la pequeña pantalla nacida a raíz de ésta. Estos micro universos, donde el crimen, la mentira, los secretos se mezclan con lo cotidiano y unos personajes que tan solo por sus curiosas maneras de ser ya merece la pena seguir sus andanzas me apasionan, sumergiéndote en una trama que te atrapa desde el expeditivo prólogo, que nos hace querer saber más y más sobre lo que está ocurriendo en Saint-Elme.

Y el 'culpable' de esto es su genial guionista, Serge Lehman, que vuelve a formar tándem creativo (después de El hombre garabateado) con uno de los grandes nombres del cómic europeo, Frederik Peeters.

Me resulta imposible imaginar a otro dibujante plasmando la trama en las viñetas, narrando con imágenes de manera magistral, como tan solo él es capaz de hacer, y dotándolas de una paleta de colores única y personal.

Una maravilla que te deja con ganas de más.

Bienvenidos a Saint-Elme, un paraje que nos va deparar más de una sorpresa. Aunque ten cuidado donde pisas, ya que hay ranas por todas partes…

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