Todos los ojos del Palacio de los Deportes José María Martín Carpena estarán centrados en una persona rival. Álex Abrines vuelve por cuarta vez al que fue su pabellón como un jugador consolidado en la rotación. La afición no le perdonó su marcha al Barcelona y se lo recrimina cada vez que pisa territorio malagueño.

Las circunstancias han querido que en apenas dos semanas se enfrente otra vez ante el Unicaja en la pista cajista, aquella en la que le endosó al Estudiantes 31 puntos con 18 años. Esta temporada será la tercera vez que juegue en el Martín Carpena, tras la Copa del Rey y el partido de vuelta de la Liga Endesa. En el torneo copero, Abrines fue abucheado cada vez que tocaba el balón, a pesar de que la grada estaba compuesta por ocho aficiones diferentes. En el partido que ganó el Barcelona en la competición doméstica volvió a ser pitado.

El alero mallorquín tiene una espinita clavada. Ante el Unicaja, en Málaga, todavía no ha sido capaz de hacer un encuentro bueno, a la altura de la calidad que se le presupone. Abrines, que el pasado fin de semana fue uno de los descartes de Xavi Pascual ante el Manresa, tendrá que dejar todos los sentimientos atrás para llevar a su equipo a seguir invicto.