Es ley del fútbol: para que a un portero le alumbre la alegría, a otro le tiene que dar la sombra. Al fin debutó Carlos Kameni con la camiseta del Málaga, su primer portero de raza negra. Lo hizo de manera notable, creciéndose en un partido que le exigió más concentración que paradas. Pero no se ganó el escaño en el entrenamiento. Mientras el aficionado lamentaba el inusual gol de Coutinho, Caballero se quedaba tirado en el suelo tras chocar su mano izquierda con el poste. Su cara dejaba claro que algo no iba bien. Los porteros están hechos de otra pasta, pero si él mismo pidió el cambio, estaba claro que las perspectivas no eran halagüeñas.

Hoy tiene que confirmarse o descartarse el primer pronóstico que se trajo el ex del Elche al aterrizar en Málaga: fractura del segundo metacarpio de la mano izquierda. Las previsiones no son nada optimistas para las pruebas que se realizará el arquero. La dolencia, bastante importante, obviamente le dejaría sin poder participar en las nueve jornadas restantes. Se trataría de una lesión comparable a la de Toulalan por el tipo de afectación a la herramienta de trabajo y la forma y tiempo de recuperación.

Como era de esperar, las palabras de Kameni tras su debut se movían en esa agridulce vertiente. "Es una pena haber salido por la lesión de un compañero, pero estoy muy contento por ayudar a mi equipo y compañeros con mi actuación y por haber recibido esto de la afición del Espanyol en un campo que ha sido el mío tanto tiempo", señaló el camerunés de manera lacónica en su paso por zona mixta.

Willy Caballero también habló, a través de su cuenta de Twitter, donde felicitó a su compañero y dejó entrever su desazón por la dolencia que le obligó a retirarse del campo: "Qué buen partido ganó el equipo, a disfrutarlo. Al llegar voy a saber qué tengo. Ojalá no sea nada. Me alegro por el debut de Kameni".

El goteo de lesiones importantes parece no tener fin y, aun así, el equipo no se resiente (cinco triunfos y un empate en Madrid en los últimos seis encuentros). No obstante, a largo plazo las ausencias de Baptista, Toulalan, Joaquín y ahora Caballero pueden pasar factura al conjunto de Pellegrini si quiere consolidar sus opciones de aspirar a un puesto de Liga de Campeones.

No obstante, a tenor de lo exhibido por el camerunés bajo palos durante la hora de juego que le tocó actuar, el equipo blanquiazul puede estar tranquilo. La primera intervención de Kameni en el choque llevó a pensar en motivos para la preocupación, puesto que se tiró al suelo ante la llegada de Kalu Uche y casi sale fuera del área con el balón en sus brazos (lo dejó correr a última hora). Su primera parada llegó en el cuarto minuto de prolongación de la primera mitad, cuando de nuevo el delantero africano le probó con un disparo casi sin ángulo que mandó a saque de esquina.

El mejor de sus lances llegó en el 68, en una falta de Romaric centrada pero que llevaba mucha fuerza y que el guardameta blanquiazul no vio salir bien por culpa del sol, ayer muy molesto para los porteros. Ataviado de verde, el ex del Espanyol estuvo muy seguro en las acciones a balón parado, aunque en las primeras acciones no se atrevió a abandonar sus dominios, y aportó una nueva dimensión al juego de ataque con sus largos saques con el pie buscando el contragolpe. La afición celebra que esté preparado para su momento, así como la perica le recibió con una ovación.