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De Akron a la final de la NBA

  • LeBron y Curry, nacidos ambos en la misma ciudad, se citan desde mañana por un título que será histórico para cualquiera de las franquicias

Los caminos de LeBron James y Stephen Curry comparten el mismo punto de origen y tras llevarlos en paralelo al estrellato de la NBA se cruzan a partir de mañana en la final de la NBA entre los Warriors y los Cavaliers.

La casualidad hace que las dos máximas estrellas del baloncesto, el ascendente Curry y el consolidado James, vieran por primera vez el mundo en la misma ciudad: Akron, a pocos kilómetros de Cleveland. Allí nació y pasó su primer mes de vida la estrella de los Warriors porque su padre, Dell, jugaba en los Cavaliers. El vínculo de James es mucho mayor. Lleva tatuado en uno de sus hombros Akron, y en el otro, su año de nacimiento, 1984. Hasta que en 2010 se marchó a Miami, donde ganó dos títulos, no conocía otro lugar. Y como el hijo pródigo, regresó para buscar el primer anillo del equipo y el primero del deporte profesional de Cleveland desde 1964.

"¿Cómo frenas a Curry? Igual que se me frena a mí: no se puede", afirmó James. De momento nadie ha sido capaz de parar a ninguno, principales artífices de que sus respectivos equipos hayan llegado a la final. Mientras que James es anatómicamente perfecto para el baloncesto, Curry podría ser un chico cualquiera paseando por la calle. "No sólo tiene cara de niño, tiene brazos de niño y piernas de niño. No sé cómo puede hacer todo lo que hace", dijo el ex jugador y ahora comentarista Shaquille O'Neal. Pero todo cambia cuando está en la cancha. "Su manejo de pelota, su capacidad de lanzar tras driblar y tras recibir el pase... Es asombroso", afirmó James sobre Curry, al que considera el mejor tirador de la liga. "Él ya sabe bien lo que es estar en una final. Debemos mostrar nuestro mejor juego para ganar cuatro veces a un gran equipo y a un gran jugador como él", devolvió el cumplido Curry.

Es muy posible que haya tramos de la final en los que sea el propio James, que puede jugar en las cinco posiciones de la cancha y ser un feroz defensor, el hombre que trate de frenar a Curry, que promedió 31,2 puntos y casi un 50% de acierto en tiros de tres puntos en la final de la Conferencia Oeste, mientras que James se acercó al triple doble en los cuatro partidos de la del Este.

Con números asombrosos, sólo la experiencia los separa. Curry, de 27 años, debuta en una final en busca de un título que los Warriors no logran desde 1975. Cleveland nunca lo consiguió, pero confía en James, de 30 años y que disputa la quinta final consecutiva, de las que ganó dos.

Su rapidez, sus malabarismos y sus tiros lejanos imposibles hacen del base la estrella emergente de la NBA. Un jugador espectacular para los aficionados, que lo convirtieron en el más votado en el All Star de febrero, y para los analistas, que lo nombraron MVP de la temporada regular. Pero LeBron James, cuyas actuaciones llaman menos la atención porque se repiten año tras año, es el rey de la NBA desde el declive de Kobe Bryant. Y está dispuesto a defender su trono frente a un chico flaco que, casualmente, nació en la misma ciudad y que desafía ahora su condición de número uno del baloncesto.

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