El Granada está donde se esperaba, luchando por no estar en el furgón de cola, pero de una manera con la que no se contaba. El patrón de juego no existe, los nervios se han apoderado de la plantilla en el terreno de juego y los cambios de rumbo que intenta su entrenador, Juan Antonio Anquela, no están dando sus frutos. Es la consecuencia de un cambio en el banquillo y un importante cambio de piezas en la configuración de la plantilla. Hasta tal punto es grave la situación que el técnico puede estar jugándose su cargo en los próximos encuentros.

sin balón

En apariencia, el Granada es un equipo con las líneas bien situadas sobre el terreno de juego. Probablemente el gran mérito sea del mejor fichaje del verano, Iriney, que aporta mucho equilibrio en las transiciones del equipo. No obstante, Anquela no termina de dar con la tecla con los centrales. Uno de sus mejores defensas de la campaña pasada, Íñigo López, apenas se parece a lo que fue. De hecho, en las últimas jornadas cedió su plaza al senegalés Diakhaté.

con balón

Los buenos propósitos de juego siguen estando ahí, pero la ejecución no se está llevando a acabo salvo en momentos muy puntuales. Uno de los nuevos nombres de este Granada es el del francés Brahimi, cuya calidad aparece a cuentagotas para llevar las riendas de los ataques. Mikel Rico, todavía en baja forma, también está llamado a dinamizar las opciones del juego. Torje se muestra más revoltoso que efectivo, mientras que Dani Benítez, tras cumplir su larga sanción, empieza a hacerse uno de los hombres importantes en el esquema de juego.

lo mejor

A pesar de los múltiples problemas para que este Granada eche a andar, la situación clasificatoria todavía da un respiro habida cuenta de la cantidad de equipos involucrados por no perder la categoría esta temporada.

lo peor

La aportación de los futbolistas ofensivos. Con Floro Flores fuera del grupo por problemas disciplinarios, El Arabi ha tenido más momentos de apagón que de inspiración en el primer tercio de competición. Ighalo, que se incorporó tarde a la plantilla, retoma ahora la vocación de 9, aunque ya son conocidos sus problemas a la hora de atinar con el marco contrario.