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Autocrítica y decepción en la grada

  • La plantilla admite los errores cometidos · Desilusión entre los casi mil seguidores malaguistas que se desplazaron a Córdoba

El Málaga puso fin a la racha de nueve partidos sin perder en un encuentro en el que los jugadores blanquiazules reconocieron los errores que cometieron en las fases más determinantes del choque. Jesule, que ayer disputó en El Arcángel su segundo encuentro como titular esta temporada por la baja de Weligton, fue uno de los más claros: "Hay que corregir los fallos que cometimos, asumirlo y mejorar con vistas al próximo partido. Es importante recuperar la senda y la confianza que teníamos y no preocuparse mucho por haber perdido un partido. En la temporada hay muchos como estos. Sólo hay que esperar que esto no se vuelva a repetir y no hay que olvidar que traíamos una buena trayectoria".

Su discurso coincidía con el de Goitia, que ayer vio cómo se rompía una racha de 302 minutos sin encajar un gol. "El partido no salió como queríamos. Ellos presionaron mucho pero tuvimos la suerte de marcar primero. Sin embargo, con diez futbolistas jugaron mejor que con once y creo que la expulsión incluso nos pudo perjudicar. Ellos se cerraron mucho y jugaron a la contra y a aprovechar las jugadas de balón parado".

A pesar de la expulsión de Ito, los jugadores del Málaga reconocieron que no habían sido capaces de leer el partido: "Con diez no se descompusieron, se cerraron atrás y se nos hizo muy difícil crear ocasiones de gol. Ellos han sabido realizar su juego. El partido se nos puso de cara con la expulsión suya, pero no supimos aprovechar la ventaja. Sabíamos que su fuerte eran las jugadas a balón parado, pero no fuimos capaces de defenderlas", aseguró Iván Rosado.

La contrariedad con la que abandonaban los futbolistas malagueños El Arcángel era equiparable a la de los cerca de mil seguidores malaguistas que se desplazaron a Córdoba. En el mayor desembarco blanquiazul de la temporada, las aficiones de ambos equipos dieron una lección de deportividad. Antes del encuentro un seguidor de cada equipo, en representación de las diferentes federaciones de peñas, se intercambiaron bufandas como símbolo del hermanamiento entre ambas. Además, se tiraron globos blancos, verdes y azules acto seguido.

El hermanamiento llegó al terreno de juego donde ambos equipos salieron al campo portando una gran bandera de Andalucía. Mientras, los seguidores del Málaga que se desplazaron con las peñas, unos 625, eran ubicados en Tribuna y Preferencia. Sólo el resultado amargó la fiesta blanquiazul, porque como reconocía el director de seguridad del Málaga, Eugenio Lorente, El Arcángel fue tomado por la afición malagueña: "El estadio parecía la fiesta del malaguismo. Nadie se lo quería perder. El coordinador de la Policía Nacional me ha dicho que estaba controlado gracias al amplio dispositivo formado".

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