La malagueña Azahara Muñoz, una de las mejores deportistas nacidas en la provincia, volvió a competir en el Dana Open del LPGA Tour, torneo que se disputa en la localidad de Sylvania (Ohio, Estados Unidos). Habían transcurrido más de 10 meses desde que Muñoz disputó su última vuelta oficial, fue en el Pelican Women´s Championship de noviembre 2021. Meses después tuvo a su pequeño Lucas, con quien se desplazó en su vuelta a los campos. 

No ha sido el único cambio, aunque sí el principal, en la vida de Azahara, que en los últimos meses tiene un nuevo entrenador de swing. Aprovechará este tramo final de temporada para jugar varios torneos del mejor circuito del mundo con el reto de coger tono antes de intentar en 2023 asaltar la clasificación para un reto de lo más especial. El objetivo de la malagueña no es otro que ser jugadora del equipo europeo de la Solheim Cup en un año se disputará en el campo de la Costa del Sol, Finca Cortesín. Azahara es embajadora del torneo y quiere hacerlo de la mejor manera posible para clasificarse y disfrutar de la mejor competición del golf femenino en casa. 

Con una participación de lujo en Ohio, en la primera ronda Azahara Muñoz firmó una tarjeta de 72 golpes, uno por encima del par del campo, que le tiene en el límite para pasar el corte. En una vuelta irregular, lógico después de tanta inactividad, Azahara firmó cuatro birdies y cinco bogeys. Alternó aciertos y errores, es parte del proceso de vuelta de la malagueña, que a punto de cumplir 35 años aún tiene mucho golf por delante tras su maternidad.