Balbuena, el reflejo de Zhivanevskaya
Éxito precoz, entrenador y lugar de trabajo conectan los éxitos de la campeona olímpica con la joven de 15 años Siempre compite con un gorro talismán de Nina
Carmen Balbuena es la revelación del momento en la natación española. A sus 15 años, la nadadora de Torremolinos no para de sorprender en cada campeonato al que acude, ya sea regional, nacional o continental. Como siempre ocurre en el deporte, las comparaciones son inevitables. Estas surgen solas. Es fácil pensar en otra nadadora de Torremolinos que durante la década de los 90 dominó las aguas españolas con el estilo de espalda, Nina Zhivanevskaya. Además de formarse en las mismas piscinas, hay otro denominador común entre ellas: Francisco Medina, actual preparador físico de Carmen y en su momento de Nina (también es su marido). Se describe a sí mismo como un entrenador duro y estricto, pero algo habrá en su método que le asocia con el éxito. Zhivanevskaya es una de las nadadoras más importantes de la historia de España y Balbuena ya se postula como una de las referentes nacionales en la modalidad de mariposa, donde ya se codea con estrellas como Mireia Belmonte.
Pese a la exigencia de Medina, asegura que Carmen "no ha faltado a ningún entrenamiento en todo el año". Esto es más difícil de lo que suena, ya que su horario en la piscina es de seis a ocho y media de la mañana, hora a la que acude al colegio. Por la tarde se vuelve a enfundar el bañador desde las cinco hasta las siete y cuarto. Con esta apretada agenda, cualquiera podría pensar que afecta a su rendimiento escolar; la realidad es que es una estudiante modélica, con notas sobresalientes. "Es una chica ejemplar, la deportista que todos querrían tener", asegura Medina. Su actitud tanto dentro como fuera del agua es intachable. "En las concentraciones de la selección española me han felicitado por su comportamiento", afirma su preparador físico.
Carmen tiene la suerte de contar con la ayuda extra de Nina Zhivanevskaya, la mujer de su entrenador. Nina forma parte de su preparación, le da consejos y le ayuda en muchas cuestiones. Aunque el estilo de la de origen ruso era espalda y el de Balbuena es mariposa, siempre hay factores comunes en los que las aportaciones de una nadadora tan reputada como ella es impagable. Su buena relación trasciende las piscinas. Nina le regaló a la mariposista el gorro con el que batió el récord del mundo de 50 metros espalda. Carmen lo lleva siempre que compite como un amuleto. La semana pasada, durante los Nacionales junior y absoluto en Barcelona, un compañero le preguntó que por qué se ponía ese viejo gorro debajo del suyo. "Era la mejor", respondía ella. Sin duda, contar con la colaboración directa de uno de sus referentes es un lujo del que pocos pueden presumir.
Después de tres semanas fuera de casa, por fin tiene la oportunidad de celebrar sus triunfos en Torremolinos, aunque esto no quiere decir que ya tenga tiempo para descansar. La temporada aún no ha acabado. Del 28 de julio al 3 de agosto se celebra el Campeonato de Andalucía. Será su último torneo antes de acabar una temporada redonda tras hacerse con la medalla de plata en 200 metros mariposa y oro en 100 mariposa con récord incluido en el Campeonato de España junior y absoluto.
Su juventud, buena predisposición y talento hacen presagiar una gran carrera en el mundo de la natación. Sus objetivos a medio y largo plazo son los Juegos Olímpicos, la meta de todo deportista. Está en los proyectos olímpicos de Río 2016 y Tokyo 2020. Sus marcas ya están a nivel suficiente para acudir a las próximas Olimpiadas, en Brasil. Ante este planteamiento, su entrenador es ambicioso: "Nosotros siempre queremos ser competitivos e ir a por todas. A ninguno nos gusta Brasil porque no vamos a poder aspirar a lo máximo, aunque ir a Río le puede venir bien para ir conociendo lo que son unos Juegos Olímpicos". En Tokyo 2020 la situación sería diferente. Llegaría con 21 años y en plenitud de facultades. Sin embargo, tienen claro que para triunfar habría que renunciar a muchas cosas. "Para Tokyo, Carmen tendría que sacrificar al menos un año y medio y dedicarlo casi en exclusiva a la natación. El entrenamiento pasaría a ser de seis o siete horas diarias durante seis días a la semana", advierte Francisco Medina.
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