Tras cimentar sus aspiraciones al título alemán con un triunfo el sábado en casa del Schalke por 1-2 en inferioridad numérica, el presidente del Bayern Múnich, Uli Hoeness, hizo gala de la tradicional falta de modestia bávara que tanta animadversión despierta en los hinchas del resto del país.

"Los buenos equipos se caracterizan por mostrar aquello de lo que son capaces en los duelos de gigantes. Somos, de lejos, el mejor equipo alemán. Lo lamento por los demás", alardeó Hoeness.

"Es increíble, pero también fantástico lo que pueden dar de sí estos jugadores. Estoy orgulloso del equipo", lo secundó el entrenador holandés Louis van Gaal, cuyo sistema está dando los frutos esperados por la directiva.

El balance de Van Gaal habla por sí solo: sus pupilos están primeros en la Liga, clasificados para la final de la Copa y en cuartos de final de la Champions.

La victoria en Liga se sumó al triunfo durante la semana por 2-1 sobre el Manchester United en el partido de ida de cuartos de final de la Liga de Campeones y elevó la autoestima del equipo muniqués de cara al próximo miércoles, cuando disputen en Old Trafford el duelo de vuelta.

El sábado, el conjunto de Van Gaal demostró su calidad pese a la ausencia del lesionado Arjen Robben. "No somos tan dependientes de Ribery o Robben como muchos creen", aclaró el holandés en alusión a las dos grandes estrellas del conjunto.

Para el miércoles, Van Gaal espera poder volver a contar con Robben: "Tengo la esperanza de que pueda jugar. Pero tenemos que esperar".

La situación del Bayern no podría contrastar más con la de su rival del miércoles, el Manchester United. El plantel dirigido por Alex Ferguson ha encajado en una semana dos derrotas importantes, primero el martes pasado contra los bávaros en la Champions y el sábado contra el Chelsea, que lo defenestró de la cima de la clasificación liguera.

Además, la principal baza de los ingleses, Wayne Rooney, no estará en la cita del miércoles con los bávaros a menos que se recupere milagrosamente de su dolencia de tobillo.

Así las cosas, esta semana podría deparar grandes alegrías a la afición bávara, que sueña con seguir también en liza en el gran escenario europeo de la Champions.