Bilbao, cada vez menos sorpresa

LA doble jornada de ACB previa al final de año nos dejó al sorprendente Iurbentia Bilbao como líder tras las derrotas de Barcelona en Menorca y DKV en Vitoria. Cabe considerarlo ya como una sorpresa menor vista la trayectoria del equipo bilbaíno. Una muestra del gran estado anímico que atraviesa es el partido del ante el Manresa, en el que ganaron en una pista complicada pese a arrancar 20 puntos abajo. Rebosan confianza los de Vidorreta y eso se nota en los finales ajustados, que siempre ganan. Marcelinho permanece agazapado en ocasiones en los tres primeros cuartos pero emerge en el último para ser el faro del equipo. Es muy agresivo, saca muchas faltas y no falla desde el tiro libre.

Me llama la atención en estas jornadas el ansia de algunos equipos por alcanzar el puesto de cabeza de serie para la Copa. Entiendo la necesidad de ganar pensando a largo plazo, en el final de la temporada regular, pero me parece que ser cabeza de serie en la Copa es algo de escaso valor. Es una competición diferente, en campo neutral y con muchos factores. Resulta que siendo cabeza de serie te puedes encontrar a Tau, Unicaja y Pamesa pueden en el segundo bombo. ¿Qué ventajas existen? Veo pocas, la verdad.

Factor cancha

Otro detalle destacado de estas últimas jornadas, en las que ha habido muchos enfrentamientos directos entre equipos de arriba, es el gran valor del factor campo. Con la excepción del DKV-Real Madrid, el resto de partidos entre equipos de la parte alta de la tabla se ha saldado con victoria, normalmente holgada, del equipo local. Sucedió en el Barça-Madrid, el Unicaja-Barça, el Joventut-Unicaja o el Tau-Joventut. El factor cancha sigue teniendo mucha importancia y quizá es más acusada aún que en los play off, cuando tras cuatro o cinco partidos pierde un poco de valor. Es una tendencia de los últimos años, quizá por las características de muchos equipos, como el DKV, que corre más y defiende mucho más agresivo cuando juega en casa.

La cantera del Unicaja

La semana pasada se celebró en un pueblo a 10 kilómetros de Valladolid una de las concentraciones del Circuito sub 20. Participaron Grupo Capitol, Alta Gestión Fuenlabrada, Akasvayu y Unicaja. Me acerqué a ver todos los partidos del equipo malagueño y lo cierto es que me impactó el trabajo y el nivel de la cantera que dirige Ramón García. Este equipo sub 20 es una mezcla de los jugadores más jóvenes del Clínicas Rincón Axarquía, en el que Paco Aurioles está haciendo una extraordinaria labor que tiene colocado al equipo en los puestos altos de LEB Plata, con otros cinco o seis chavles de 17 o 18 años, aún en edad júnior, que están jugando a su vez en la Liga EBA, a las órdenes de Manolo Trujillo.

Todos están jugando habitualmente con gente mayor y esto permite adelantar el crecimiento. A los jugadores del Unicaja se les veía más hechos. Curte jugar en pueblos perdidos de Andalucía, ante gente de 30 años. Recuerdo cuando empecé en el colegio San Estanislao. En edad cadete jugaba con juveniles y debuté en Segunda División con 15 años. Tengo presente que aquellas experiencias te abren la mente, absorbes todo y sirven para formarte físicamente y adquirir experiencia.

De ese grupo de jugadores varios tienen futuro ACB. Que lleguen dependerá de muchos factores. El principal es la calidad y la intensidad de su trabajo, porque las cualidades existen. En este periodo considero básica la constancia en los estudios, fundamental para la formación como persona. En Valladolid, el equipo que dirigió allí Paco Alonso, dio un clínic de defensa a todo campo, de robo de balones e intensidad. No era fácil jugar partidos en los que en el primer cuarto se ganaba ya por 20 puntos. Y nunca se cayó en la relajación y la autocomplacencia. Me costaría destacar a algún jugador en concreto. Lo que sí digo es que arrasaron sin los cuatro mejores jugadores, en teoría, de la cantera cajista: Alfonso Sánchez, Paulao, Faverani y Chylinski. Eso quiere decir algo positivo del trabajo que se hace.