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Borchardt al mando para subir un escalón más

  • El CB Granada se asienta en su pívot de referencia para intentar instalarse en la aristocracia

La quebradiza salud de Curtis Borchardt suele marcar el son del forastero de hoy en el Carpena. El pívot norteamericano, acaso el más determinante de la competición, es el faro de un equipo consolidado ya en la ACB y con las miras puestas en subir un escalón. Bordea la Copa del Rey y se queda a un hervor del play off en algunas de las últimas temporadas, pero su tope ha sido el de la salvación sin agobios. No así el año pasado, cuando evitó el descenso a la LEB en la última jornada (con exhibición de Mensah-Bonsu, fichaje exprés para el último encuentro).

Aquellas penurias después de haber tenido la opción de jugar la Copa del Rey desembocaron en un cambio de entrenador. Sergio Valdeolmillos, muy cuestionado por el Barcelona, dejó su puesto a Trifón Poch, un clásico de la categoría que en su día se las tuvo tiesas con el Unicaja en aquella eliminatoria de cuartos de final ante el Etosa Alicante (2004/05). La plantilla ha sufrido algunos retoques, aunque parece algo coja en la dirección y sigue dependiendo de Borchardt en exceso. Tras una lesión en un dedo, el pívot norteamericano ha regresado a un nivel extraordinario, capaz de anotar incluso desde cuatro o cinco metros y abrir sus posibilidades atacantes. En diciembre fue MVP de la competición. Ha habido apariciones refrescantes, no obstante, como la de Pablo Aguilar, un descarado ala-pívot granadino formado en la cantera del Madrid. El Unicaja persiguió en su día su fichaje, pero su padre optó por la capital.

La incapacidad de ganar a domicilio, ha vencido en todos sus partidos en Granada y ha perdido en todos lejos de ella, lastra al equipo.

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