Brawn GP, enemigo público número uno por un difusor
La escudería que sucede a Honda, en el punto de mira de otras rivales por el polémico uso de la pieza
La amistad acabó por un difusor. No importan los méritos del británico Ross Brawn ni cuánto hayan contribuido al mantenimiento de su equipo en la parrilla: las escuderías tienen ahora en el punto de mira a Brawn GP por sus resultados en los tests y por ser el favorito para el Gran Premio de Australia.
Los equipos quieren frenar al antiguo equipo Honda y amenazan con protestas para que los rápidos Brawn cambien el polémico difusor con el que consiguen una ventaja aerodinámica que al parecer reporta cinco décimas de segundo por vuelta. "Eso es ilegal", protestan los rivales. "Legal", opina el director de carrera de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), Charlie Whiting.
Brawn GP, Toyota y Williams han llevado hasta el extremo la aplicación de la norma sobre el artefacto que se sitúa en la parte trasera del suelo del coche.
"La opinión de la FIA es que Williams y Toyota han sido listos y encontraron un agujero en las normas. Han explotado la redacción de la norma de una manera inteligente. Algunos pueden desafiarlo y los jueces podrían tener otra visión. Nuestros expertos técnicos dicen que está bien, esperaremos a que alguien lo cuestione", dijo Max Mosley, presidente de la FIA.
Los difusores han sido unos de los elementos modificados en los coches para 2009. Se encuentran situados en la parte inferior trasera de los monoplazas y su objetivo es acelerar el flujo de aire que discurre por debajo del coche, incrementándose con ello la adherencia. Los abanderados de las protestas son Ferrari, Renault y Red Bull.
Para Brawn, los quebraderos de cabeza de la competencia son un reconocimiento a su trabajo. Tras la sorpresiva retirada del fabricante de automóviles japonés Honda a principios de diciembre, el equipo con sede en Brackley (Inglaterra) estaba a punto de desaparecer. Para entonces, el coche de 2009 estaba ya listo desde hacía tiempo.
Cuando los rivales realizaban sus primeros ensayos, Brawn luchaba aún por el futuro del equipo. A falta de donantes de dinero, asumió él personalmente el equipo por la simbólica suma de una libra esterlina y recibió de Honda una ayuda inicial de unos 100 millones de euros y un adelanto del jefe de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, procedente de la caja de ingresos por televisión.
El Brawm GP 001 es impulsado por motores Mercedes, que poseen 50 caballos más que los del viejo Honda. "Ya hemos superado el mayor desafío", opinó Brawn tras constatarse la supervivencia.
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