El balón se alzó al aire. Tres meses después del final de la campaña 2007/08, de la finalización de la era Scariolo, el Unicaja ya respira en clave deportiva. Atrás quedan fichajes frustrados, incorporaciones discutidas, estrategias para no hacer público lo que era evidente. El equipo malagueño volvió a pisar el parqué. Sin Omar Cook ni Jiri Welsch, pero con Archibald, Kelati y, por supuesto, Aíto García Reneses.

Sólo se trató de un primer test ante un equipo de una categoría inferior. Un entrenamiento convertido en amistoso que llegó después de sólo ocho sesiones de trabajo pero que ya permitió vislumbrar los primeros apuntes de lo que puede llegar a ser este nuevo Unicaja.

El equipo ya viste diferente. Se presagia un juego mucho más rápido y ágil y ayer ya lo intentó, con muchísimo acierto en el tramo inicial. Muchas transiciones rápidas, bloqueos directos para los exteriores e intentos de alley hoop para Haislip y Ndong fueron algunos de los aspectos tácticos que se vieron ayer y que se convertirán en señas de identidad del Unicaja a lo largo de la temporada. Un ritmo rápido de juego que precisa rotaciones constantes. Ayer, en el minuto ocho, ya habían salido a pista todos los jugadores a excepción de Rai López. Evidentemente aún falta ese punto físico que permita mantener un ritmo alto de juego y eso se notó, sobre todo en defensa. Cuestión de tiempo.

Fue el debut de Aíto en el banquillo malagueño, pero también el de Robert Archibald y Thomas Kelati como jugadores cajistas. El escocés fue el pívot titular, pero no tuvo una buena puesta de largo. Como su antecesor en el puesto, cometió dos faltas en los dos primeros minutos de partido y eso lastró su concentración y su rendimiento. Cumplió en defensa pero se mostró impreciso en ataque (4 puntos y 2 rebotes). Una versión gris del británico, que aún debe encontrar su sitio. Mejores sensaciones transmitió el norteamericano de origen eritreo. Ha llegado con fama de tirador y en la primera ocasión se encargó de confirmar los rumores (14 puntos y 4/6 en triples). Constató también que se emplea bien en la posición de dos y que posee un buen manejo de balón y una aceptable visión de juego (en alguna ocasión fue el encargado de subir la bola). Parece que mejora a Kus.

Con esos argumentos, el equipo cajista solventó su primera prueba con facilidad. Sostenido por Carlos Cabezas y Marcus Haislip, de largo los que mejor están fisicamente, los de Aíto completaron un gran primer cuarto que les permitió gobernar el choque con autoridad. El extraordinario acierto en el tiro llevó a los malagueños hasta los veinte de diferencia al inicio del segundo periodo (16-36), superioridad que sólo se vio discutida cuando un 13-0 situó a los barreños a siete (29-36). Pero fue un espejismo. Las continuas rotaciones de Aíto ahogaron a los locales en la segunda mitad (48-72 al final del tercer cuarto), que ya sólo pelearon por un resultado decoroso. Buenas vibraciones en el debut, aunque esto acaba de empezar.