Carreras en busca de un sueño

Fran Rueda compite en la Renault RSO1 Euro Cup, donde es uno de los pilotos más jóvenes En el circuito francés Paul Ricard buscará hoy su segundo triunfo de la temporada

El piloto malagueño celebra su primera victoria de la temporada en el circuito Red Bull Ring.
El piloto malagueño celebra su primera victoria de la temporada en el circuito Red Bull Ring.
Juanjo Campillos Málaga

28 de agosto 2016 - 05:02

Hace más de una década, el Kartódromo de Cartaya fue testigo del despertar de Fran Rueda. Con tan solo cinco años, el diminuto kart del malagueño comenzó a volar sobre la pista del trazado onubense. Su pequeñas manos se movían a la velocidad de la luz cada vez que entraba en curva o enlazaba una chicane, desplazando el coche del mismo modo que un adulto. Pensaba en cómo apurar más en el segundo giro o qué momento sería el adecuado para buscar la máxima punta de velocidad. Sólidos análisis de un niño que sostenían su idea primigenia: la de convertirse en piloto profesional.

Sí, la primera vez que posó sus manos sobre el volante su edad podía medirse con los dedos de una mano. Sin embargo, esa afición afloró en Fran desde la misma cuna o, para ser más exactos, años antes de que aterrizara en el mundo. "Mi pasión por los coches viene de la familia de mi padre. Él y mi tío eran pilotos de rallies regionales y fueron los que me inculcaron mi pasión por el motor", recuerda el piloto malagueño.

Ese olor a gasolina que le acompaño desde comenzó a andar hubiera quedado en nada si Rueda no hubiese presentado las condiciones necesarias para destacar desde bien temprano. En su primera carrera oficial, sin haber sentido antes lo que era la competición y con rivales mucho más experimentados, finalizó en la cuarta plaza, dejando boquiabiertos a propios y a extraños. Era el comienzo de una trayectoria impecable y que tiene como mejor momento su victoria en el campeonato de España de 2009. "El mejor recuerdo que tengo y que he vivido como piloto es cuando me convertí en campeón nacional. Fue un momento increíble que recuerdo como si fuera ayer", señala ilusionado Rueda.

Sobresalió muy pronto. Llegó a competir en el Fernando Alonso Kart, pero tuvo que emigrar deportivamente de España para buscar un futuro mejor porque aquí, para un piloto, "está muy negro". Es un terreno baldío en el que las competiciones son poco atractivas y los patrocinadores escasos. Por ello, cuando surgió la posibilidad de abrir horizontes, Fran se lanzó de cabeza a la piscina: "Tras ganar el campeonato de España iba a convertirme en junior, todos los gastos los teníamos que pagar nosotros, así que, cuando me llegaron ofertas para competir en eventos internacionales, no me lo pensé".

Pasó por la Fórmula Renault 2000 y por la Fórmula 4, quizás como preludio de un imaginable salto a la Fórmula 1. Aunque el sueño saltó por los aires demasiado rápido. Las oportunidades de crecer montado en un monoplaza eran demasiado escasas. Tocaba probar en turismos. "El cambio no me gustó demasiado, pero es que llegar a la Fórmula 1 es muy difícil. Hacen falta sobre diez millones para luchar por un puesto", añade.

Ahora se encuentra inmerso en la Renault RS01 Euro Cup, donde es uno de los pilotos más jóvenes de la parrilla. Allí intenta domar a una bestia de 550 CV de potencia, que alcanza con facilidad los 300 kilómetros hora. "Es la máquina más rápida que he pilotado. La frenada y el paso por curva son brutales", asegura. Y esa doma, va por buen camino. A falta de tres pruebas se posiciona segundo en la clasificación general, a tan solo unos cuantos puntos del líder, el alemán Fabian Schiller.

El circuito de este fin de semana es el conocido autódromo francés Paul Ricard. Un trazado familiar para el malagueño, porque en ese asfalto ya sabe lo que es subir a lo más alto del podio. Y en el que hoy buscará su segundo triunfo de la campaña.

Si consiguiera llevarse el campeonato, se le abrirán dos posibilidades: competir otro año más con todos los gastos pagados o probar las 24 horas de Le Mans. Ante esas opciones, es tajante: "Si fuera por mí, correría una temporada más. Le Mans es un sueño, pero es solo una carrera". Aunque es cauto, prefiere ir día a día. No busca dibujar el futuro en su imaginación. Porque sabe que es difícil cumplir el sueño de ese niño de cinco años que comenzó a ser feliz en Cartaya. No se hunde al confesar la realidad. Porque como Fran Rueda cuenta una y otra vez: "Nadie me va quitar todo lo que he vivido".

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