Cataríes, frío y lluvia en Mierlo

La llegada a Mierlo recuerda cómo se atraviesan los pueblos que se dan la mano en el litoral cantábrico o gallego. Dicha localidad, sureña y a las afueras de Eindhoven, posee tres entradas distintas y una calma propia de las villas centroeuropeas. En un entorno muy rural, al final de una calle sin salida en la que no se podría imaginar la presencia de un complejo hotelero y de ocio tan magno, el equipo de Pellegrini ya está asentado. Recibido por una temperatura en torno a diez grados, lluvia intermitente y algunos aficionados que perseguían la foto con Van Nistelrooy.

Lleva un cuarto de siglo operando el hotel Carlton de Brug. En este tiempo se ha afianzado como receptor de equipos de fútbol que se aíslan en su recinto para prepararse. De hecho, camisetas firmadas de equipos como el Mónaco y el Panathinaikos o selecciones de la talla de Brasil, Holanda o Inglaterra decoran algunas de las paredes de la recepción. Lo que no podía esperarse el Málaga era encontrarse precisamente a la selección sub 20 de Catar. Nada preparado, pura casualidad. Llegaron el día 6 y se irán el 28. Para más casualidad, el segundo técnico del combinado asiático es un viejo conocido de Pellegrini, con el que estuvo charlando amenamente anoche.

Tras disfrutar de un plácido vuelo en chárter (dicen algunos testigos que espectacular), un autobús con jugadores y miembro técnico, una furgoneta con los utilleros y el material y un coche con miembros del departamento de comunicación arrasaron la calma del hotel. Y hoy, con la única doble sesión de la estancia, lo harán más aún.