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Celebrando derrotas ajenas en ausencia de triunfos propios

  • Los tropiezos de Valladolid y Racing ayer aplacan la hemorragia del 2-0 encajado en La Romareda

Son días difíciles en el entorno de Martiricos. Ayer las críticas en prensa hacia el juego del equipo eran muy duras y las sensaciones entre los aficionados son pesimistas. Pero no todo es desconsuelo. A falta de poder cantar victorias propias o goles a favor, siempre queda el recurso de esperar errores ajenos. La alta rivalidad con el Sevilla seguro que evitó que los tres tantos ante el Tenerife fueran cantados, pero es innegable la alegría por el 3-0 ante el Tenerife. Igual que por el 0-2 del Villarreal en el Nuevo José Zorrilla o los tantos madridistas en El Sardinero. Incluso el empate del Xerez en Gijón. En ausencia de alegrías propias, al menos la jornada se cerró con la derrota del Racing, igualado a puntos con los de Muñiz, y dos derrotas y un empate de los actuales ocupantes del descenso. Y queda una jornada menos.

Así que la vida sigue igual para los de Muñiz, que gracias a tenerle el goal average ganado a los cántabros evitan la decimoséptima plaza, justo la limítrofe con el descenso. Tras ellos se siguen quedando el Tenerife y los seis puntos de ventaja que ya tenían antes de la disputa de la trigésima jornada, y el Valladolid, que en dos semanas pisará La Rosaleda para afrontar una de sus últimas esperanzas de salvación. El colista logró recuperar un punto a los blanquiazules tras su empate (2-2) en El Molinón, si bien aún están a ocho puntos de distancia, una ventaja que parece muy difícil de recuperar con lo poco que queda. La única mala noticia fue el punto que sumó el Espanyol en Getafe, que le pone con un triunfo por encima del Málaga en la tabla.

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