"En la Copa se han ganado el respeto"

sergio pellicer garcía. entrenador del málaga cf juvenil

"Fuimos con la mentalidad de ganar, aprovechamos la rabia que nos dio quedar segundos en nuestra Liga", cuenta Pellicer sobre el éxito en la Copa de Campeones

Sergio Pellicer posa con la Copa de Campeones juvenil.
Sergio Pellicer posa con la Copa de Campeones juvenil.
José L. Malo Málaga

13 de mayo 2016 - 05:02

Sergio Pellicer no para de hacer entrevistas estos días. Lamenta que no puedan ser sus chicos, sus héroes, los que estén ante los micrófonos, pero asume la responsabilidad que le toca. Está feliz y se le ve creer en una idea. Que dio la Copa de Campeones y que se llevará a la Copa del Rey que mañana arranca en Villarreal. Se ha convertido en un tipo muy respetado en el club que este año ya ha conseguidos dos grandes éxitos.

-La cantera debe formar a jugadores, ¿pero éxitos así dan sentido al trabajo?

-Nuestro trabajo es la formación, pero también es cierto que la última generación es el juvenil de División de Honor y hay muchos jugadores a un paso de romper la puerta y estar en el fútbol profesional. Ahí se necesita el nivel top. Si la formación va unida a un éxito de este cálculo, todos estamos muy contentos. Por los chicos y por los años que se han trabajado aquí en la cantera.

-La Copa de Campeones es un óptimo termómetro para compararse. ¿Ahora se puede saber mejor el punto de cocción de esta generación?

-Cuando juegan los ocho mejores de España, al final es muy importante ver esa vara de medir, contra las grandes canteras de España. Muchas plantillas importantes, como Barcelona, Real Madrid o Valencia, no han llegado, y eso ya te habla de lo difícil que es sólo estar. Al final cada partido es una final, no piensas en cuartos de final. Íbamos con esa idea, con nuestro trabajo mental y la materia prima de los buenos jugadores. Eso ha sido la explosión. Ha sido una semana magnífica.

-Es histórico que haya ganado el mejor segundo. ¿Acudían a ver qué podía ocurrir o convencidos de poder ganar?

-Fuimos con la mentalidad de ganar. Fuimos segundos porque nos enfrentamos contra un Sevilla que hizo una segunda vuelta espectacular. Fuimos líderes casi siempre y hubo algún empate que nos penalizó, pero no nos sentíamos ni segundos ni inferiores. Tras empatar en Cádiz, donde perdimos el campeonato, tuvimos una charla y nos conjuramos de que si queríamos y podíamos daríamos algún golpe de efecto. El equipo ha creído y el haber llegado segundo en Liga nos unió más y nos hizo creer más. Nos dio esa rabia de quedarnos a las puertas por haber hecho un buen año sin el premio de ganar. Eso fue clave.

-Han jugado con nueve, han ganado en los penaltis, ha habido situaciones familiares de jugadores duras... ¿Eso confirma el nivel de madurez del equipo?

-Ha sido una prueba sicológica de enorme calibre para todos. En los tres partidos han ocurrido cosas y se han ganado de maneras diferentes. Cada partido ha sido una prueba y en cada una hemos sabido saber estar, desenvolvernos ante los problemas. Hay que tener talento, calidad y actitud. Ese paso a profesionales, a conseguir importantes cosas, está en el plano sicológico. Creíamos todos en ello y fue una grata sorpresa.

-En diferentes partidos han emergido personalidades diferentes para resolver.

-Todos los jugadores en sus condiciones han aportado su grano de arena. Kuki, Ontiveros y Luis, que bajaron del filial, vinieron para aportar su calidad pero también ese trabajo a nivel de grupo. Las individualidades pueden ganar partidos pero los campeonatos los ganan los grupos. El grupo estuvo muy sólido en los partidos y los destellos individuales dieron los triunfos. La final, con esa intensidad que teníamos, lo ganó el equipo. En la tanda fue el héroe Samu, pero hasta ahí el héroe fue el equipo. Eso les ha llegado y saben que las individualidades salen porque el colectivo arrastra de ellas. En la última charla dijimos que teníamos que ganar por el Málaga, por la cantera, pero sobre todo por nuestra familia. Había gente con los ojos llorosos y ahí tuvimos la idea clara. Éramos hermanos casi de sangre y fue un sentimiento de que había que luchar. Al final se dieron todas las circunstancias.

-¿Qué le dijo a sus jugadores al descanso de la prórroga y antes de la tanda de penaltis durante la final contra el Sevilla?

-Fueron los momentos más difíciles. Al final ellos terminaron jugando más en campo contrario y se pusieron por delante. Fue un golpe mental duro, pero no podíamos ponernos a pensar en lo que había ocurrido, sino en lo que quedaba. Las únicas palabras en ese minuto fueron que estábamos a un gol de ganar, que había que creer. Un jugador me dijo que había que marcar dos. Pero yo insistí y ellos salieron creyendo con las circunstancia que había, con cambios obligados y el desgaste emocional. Y empatamos en una acción trabajada durante todo el año a balón parado que nos había dado muchos frutos. La tanda de penaltis ya fue sola porque repetimos tras lo del Athletic. Dijimos que no había que dudar, sino tirar sin miedo. Y que si alguno elegía aguantar hasta el final a ver qué hacía el portero que lo hiciera pero sin miedo. Dijimos también que teníamos a Samu y que íbamos a ganar. Todo eran mensajes positivos.

-Y usted va y se quita de en medio y no ve la tanda de penaltis. ¿Fue por superstición?

-Creo que sí. Ya lo había hecho así contra el Athletic. Dejamos todo hecho hasta el séptimo lanzador y el orden lo eligieron los jugadores. Me iban comentando y fue espectacular.

-¿Confiaba en que su equipo fuese capaz de hacer cosas como las vistas en la tanda de penaltis?

-(Risas). Estas dos semanas trabajamos los penaltis, pero la práctica no se asemeja a la competición por la tensión con la que se juega. Nosotros estábamos convencidos, no podíamos dudar. Sabíamos que teníamos un gran portero y jugadores con descaro, aunque no tanto como para un a lo Panenka... Llegamos con optimismo y el Sevilla llegó con miedo. Nosotros llegamos con mucha energía positiva.

-¿Con qué elogio se queda de todos los que le han llegado?

-Al final yo estoy haciendo las entrevistas porque hay que personalizar en alguien, pero aquí hay un gran trabajo del cuerpo técnico. Manolo Sánchez, el segundo; Javier el preparador físico, el preparador de porteros, los utilleros, Miguel, el delegado... El mayor elogio más allá de las felicitaciones es el trabajo del cuerpo técnico y ver la cara de mis jugadores. Cuando me mantearon les di las gracias y les dijo que era por todos ellos. Me gustaría que en la entrevista estuvieran todos los jugadores y mi cuerpo técnico porque esto es cosa de ellos. También de Casanova. Yo me quedo con los ojos llorosos de los jugadores y la sonrisa del cuerpo técnico y la gente que está en el día a día.

-Ahora en la Copa del Rey les van a mirar de otra manera.

-Sí, se han ganado el respeto de que los miren así. Pero el fútbol es rabiosa actualidad. Estamos preparando el partido contra el Villarreal, un rival herido, que era favorito para llegar a la final, y queda sólo trabajar. Nuestra mentalidad es la de competir al máximo, como en la Copa de Campeones. También sabemos de las dificultades que habrá. Esperemos competir y seguir con este ADN. También habrá jugadores que podrán participar más de lo que lo hicieron en Vera.

-Tuvo tres refuerzos del filial y ahora toca repartir minutos: es la filosofía de cualquier cantera.

-Todos los jugadores con edad juvenil son patrimonio del club, que es el que se beneficia. El grupo aceptó a Kuki, Ontiveros y Luis pero también porque ellos vinieron a darnos calidad y trabajo. Durante todo el año hemos estado con nuestro grupo, con gente que ha subido al filial. Al MIC fuimos sin ellos, sin Nesyri. Con los jugadores que hemos estado el equipo ha competido y ha jugado con su filosofía. Para eso estamos, es lo más bonito que hay.

-Este grupo en dos o tres años debería estar preparado para hacer pretemporada con el primer equipo. ¿Los ve aptos?

-Materia prima hay y ya lo han demostrado. Ha habido gente también que ha entrenado con el primer equipo, como Álex Robles. Hay muchos jugadores pero hay que tener los pies en el suelo, queda lo más difícil. Están el camino pero en categoría senior la competencia es brutal. Este buen trabajo de estos años tienen que trasladarlo y hacer esa transferencia. Tener la cabeza amueblada, anteponerse ante las adversidades y, especialmente, que les respeten las lesiones. El camino es basante largo.

-Si suman éxitos no habiendo Academia, ¿cuando la haya...?

-He tenido la oportunidad de trabajar en una cantera como la del Valencia, con unas instalaciones bárbaras, y nada. ¿Qué hace esto? Reinventarnos, incluso trabajar más, buscar otros medios, pero realmente, si todos pudiéramos tener una casa donde estar todos juntos, sería lo ideal. El trabajo está ahí, hay muy buena materia prima y trabajo desde abajo. Entrenando con los medios adecuados sería aportar una dosis de calidad. Esto es un campeonato, lo más importante es la formación. Si esto va unido a conseguir trofeos, bienvenido sea. Tener esas instalaciones haría mejorar a los jugadores.

-¿Cómo se celebra un éxito como entrenador? ¿Es muy distinto a cuando era jugador?

-Como profesional esto ha sido de las mayores alegrías. Lo que sí es cierto es que como jugador se disfruta más. En ese momento de júbilo sueltas toda la alegría. Tras la comida del otro día con el presidente ya les dije que vamos a preparar el partido del Villarreal, pero que en unos años lo disfrutaran porque sería muy recordado. Como entrenador pasas esos días de júbilo y ya estás pensando en el siguiente partido. Ha habido unos días de entrevistas pero el jugador disfruta muchísimo más porque tienes otro prisma.

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