El culebrón en torno a Cristiano Ronaldo tuvo ayer su último capítulo con la constatación de que el portugués no podrá ayudar a la selección de su país en la repesca para el Mundial de 2010.
Fue un happy end solo para el club de Ronaldo, el Real Madrid, que venía afirmando hacía varios días que el atacante no estaba en condiciones de jugar los partidos de Portugal ante Bosnia, los días 14 en Lisboa y 18 de noviembre en Zenica. Para la selección lusa y para Ronaldo, en cambio, se ciernen nubes negras en el futuro próximo. La selecção tendrá que buscar el ticket mundialista sin su principal arma, y todo indica que en caso de fracaso, Ronaldo tendrá que hacerse cargo de parte de la culpa.
"Después de la evaluación clínica y de imágenes se llegó a la conclusión de que el jugador no está en condiciones físicas de participar en la concentración de preparación de la selección nacional para tales partidos", informó la Federación Portuguesa (FPF). El jugador del Real Madrid se sometió a los exámenes poco después de su llegada a Lisboa en la tarde del pasado martes y entretanto ya tomó un vuelo de regreso a Madrid.
La FPF y el entrenador nacional luso, Carlos Queiroz, habían insistido en que Ronaldo se presentara en la concentración, a pesar de que los médicos del Real Madrid afirmaron que el delantero debía estar inactivo por unas cuatro semanas más debido a un esguince de tobillo y los dirigentes del conjunto blanco se opusieron a un viaje desgastante. "El jugador no está en condiciones para jugar y lo van a ver", declaró, muy molesto Florentino Pérez, aún después de haber dado luz verde para el viaje de Ronaldo.
Los exámenes hechos por la FPF confirmaron la lesión de Ronaldo, quien en Madrid continuará ahora su recuperación y dentro de 15 días viajará a Holanda para observar junto al especialista Cornelius Nicolas van Dijk la evolución del tobillo. El extremo portugués se lesionó el pasado 30 de septiembre en un partido de la Liga de Campeones, pero el problema se agravó el 10 de octubre en el partido Portugal-Hungría. Desde entonces, el futbolista no ha vuelto a jugar. "No se trata de egos ni de caprichos", sino "de normas que tienen que ser respetadas", intentó explicar Queiroz la convocación de Ronaldo. Pero estas palabras no convencieron en Madrid ni en Lisboa.
Algunos medios ya se preguntaron si, al margen de los problemas de Ronaldo, en Portugal ya se estaba preparando la táctica para enfrentarse a una Bosnia "más peligrosa de lo que parece". Entretanto, Ronaldo comienza a darse cuenta de que ser el jugador más reconocido del mundo no significa sólo dinero y fama. La presión sobre él va en aumento, aunque esté frente al combinado bosnio.
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