Cuestión de imagen

El aspecto del Martín Carpena es cada vez más desolador. Las entradas a los dos últimos partidos, según datos oficiales del Unicaja, han sido dos de las peores de la historia del Carpena en encuentro oficial. 3.500 espectadores acudieron, respectivamente, a observar los encuentros ante el Anadolu Efes y el Lagun Aro. Sólo los 3.400 del día de Brose Baskets, estreno del Top 16, fue menor. La media de asistencia, con una curva descendente notable desde que comenzó la temporada, ha bajado de manera drástica con respecto a campañas anteriores. 6.279 espectadores en la Liga Endesa y 5.385 en la Euroliga es la asistencia media en los 11 encuentros de Liga Endesa y ocho de Euroliga que se han disputado hasta ahora mismo en el Palacio de los Deportes, lejos del cual jugará el equipo sus próximos cuatro encuentros.

La manera en la que se marchó el Unicaja, con más pitos que aplausos por primera vez en su historia después de una derrota, es un síntoma más de la ruptura que existe entre los aficionados y el club. El descenso de abonados fue acusado este verano, la tendencia ya era anterior, apenas se rebasa los 6.000 en Liga Endesa y se baja a menos de la mitad en la Euroliga, caballo de batalla y quebradero de cabeza.

El club se afana por recomponer esta situación. Intenta atraer público, aunque algunas medidas han generado desconcento entre los abonados que permanecen fieles. Es una situación complicada de manejar, porque se mezclan la crisis económica general, los malos resultados del equipo y el progresivo desapego con el público.

En esta situación, el club ultima la contratación de Salomón Castiel, director de Cultura de la Diputación, como asesor de imagen externo para ayudar a revitalizar la situación. Castiel es un reputado gestor cultural, que en su currículum tiene la dirección del Teatro Cervantes durante 14 años, 11 años al frente del Festival de Cine y un par de años como director de contenidos de la Mostra de Valencia. Actualmente dirige La Térmica, nuevo espacio de la Diputación, de la que es director de Cultura. Fernando Savater, Jorge Valdano o Manuel Pellegrini han acudido recientemente a distintas charlas. Hay conciertos, exposiciones y la actividad cultural es efervescente. Es capaz de atraer gente, justo lo que le hace falta al Unicaja ahora mismo. Castiel debía obtener el permiso de la Diputación para ejercer esta función, no parece haber problemas. Es aficionado al baloncesto y habitual asistente al Carpena. Ayer se le podía ver con la plana mayor del Unicaja en la entrega de los Premios al Deporte de la RTVA 2012 en la Sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés.

Recuperar el terreno perdido se antoja complicado y la mejor manera es que le pelota entre y ganar más partidos, no hay discusión sobre ello. Mejorar la relación con el público, muy deteriorada tras las últimas temporadas, es un objetivo primordial. Porque no hay otro motivo mayor por el que Unicaja tiene su equipo de baloncesto que vender buena imagen, la que tantos años ha servido para ganar reputación en España y Europa y hacerle un club modélico, reconocido aquí y afuera. Algo que se está resquebrajando en los últimos años. Se está llegando a un punto muy delicado. Y toca obrar.