Tenis | Masters 1.000 de Montecarlo

Davidovich consume a Dimitrov y se cuela en su primera final de Masters 1.000

  • El malagueño muestra sus dos versiones para vencer a Dimitrov en tres sets 6-4, 6-7 y 6-3 y lograr su mejor resultado en ATP

Alejandro Davidovich celebra un punto ante Dimitrov en Montecarlo.

Alejandro Davidovich celebra un punto ante Dimitrov en Montecarlo. / EFE

Titánico Alejandro Davidovich. El malagueño se ha colocado por primera vez en una final de Masters 1.000 en Montecarlo. Necesitó de tres sets para derribar a un experimentado Grigor Dimitrov en semifinales tras un 6-4, 6-7 y 6-3. Foki pasó por todas las fases posibles durante su partido, de una concentración inquebrantable durante más de una hora de partido, vivió un momento de dudas y negatividad que permitió despertar al búlgaro en el segundo set. En el tercero Davidovich despertó para estrenarse como finalista de un gran torneo del circuito como es Montecarlo.

Comenzó sólido y muy serio Davidovich. Concentrado en lo que tenía que hacer para llevar por el camino deseado a Dimitrov: pelotas altas. Fuerte al saque, en el tercer juego logró su primera bola de break que se encargó el propio búlgaro de materializar tras una doble falta (2-1). Solucionó con templanza la confirmación del break tras iniciar con 0-30, pero solventó igualando tras un ganador y con una gran dejada para el 3-1. Tubo también otro juego largo con su saque para el 4-2, que resolvió con un ganador que despertó su júbilo con un grito. Fue una constante, con Dimitrov dando pocas concesiones con su saque. Con su saque, sufriendo tras un par de errores en la toma de decisiones, cerró el primer set en la primera oportunidad que tuvo (6-4).

El segundo set comenzó con respuesta rápida de Dimitrov, que tras solventar su primer juego al saque, logró romper el servicio a Davidovich. Pero si el búlgaro fue capaz de responder, el malagueño no se quedó atrás. Tras un juego de mucho peloteo, Davidovich conseguía responder con un contrabreak que noqueó a su rival y le dio alas para lograr poner de su lado un parcial de 4-0: le rompía de nuevo a Dimitrov y aseguraba para el 4-2.

El número 29 del mundo se encontraba anulado. El juego sólido, repetitivo y demoledor hacia el revés de Dimitrov acabó por hacer mella en él, cediendo errores poco habituales en un tenis más que veterano en el circuito y que llegó a ser número 3. El malagueño ya sólo tenía que salvaguardar su saque al igual que en el primer set, sin cometer errores, manteniendo la alta competitividad que está demostrando en todo Montecarlo. Pero hubo cortocircuito en el juego decisivo. Es algo que ha ido acompañando al malagueño durante su corta carrera que aún debe trabajar. Tomó decisiones erráticas, arriesgó y abrió una brecha de tres bolas de break para Dimitrov en el 5-4. Salvó la primera pero otro mal derechazo habilitó el break para el 5-5. De ahí, a 6-6 y tie-break.

Cortocircuito de Davidovich

Pero el malagueño activó de nuevo su mood más paciente y calmado, llevando con paciencia a Dimitrov hacia su error, castigándole una y otra vez el revés (2-1). Aunque duró poco. Se mantenía firme el búlgaro con su saque (2-3) y logró arañar el primer minibreak para el 2-4 en la tercera bola de saque de Davidovich, algo que descolocó a Alejandro. La experiencia del número 29 del mundo parecía estar teniendo premio en momentos tan decisivos como éste, tras otro error del malagueño se iban al 2-5 y el gesto contrariado de Davidovich lo decía todo: perdía el set.

El tercer set empezaba mal. Dimitrov estaba crecido e iba más sólido y mentalizado. Davidovich aún no había logrado bajar las pulsaciones y nerviosismo del tie-break anterior. Perdía el primer juego al saque y Dimitrov lograba el 2-0 en blanco al saque. El malagueño comenzaba a hacer gestos de contrariedad, algo que no suele conducir al buen camino. Vivió al saque un juego tan duro como largo, con varias pelotas de break que logró levantar a Dimitrov. El malagueño, con sus imprecisiones, seguía vivo. Necesitó de asistencia del fisio para continuar. Era un momento clave y Foki se crecía.

El despertar de Foki

Tres bolas de break se granjeó Davidovich con Dimitrov al saque para recuperar la igualdad en el marcador (2-2). El malagueño parecía otro, estaba hambriento y volvían a conectarse todos los engranajes. Selló su saque (3-2) y de nuevo gozó de dos bolas más de break que utilizó y bien para el 4-2. Cuatro juegos seguidos que devolvían el control mental a un Davidovich que pasó por todas las fases posibles. Con su saque, rabioso, logró alcanzar el 5-2. Ya con el 5-3 tras el servicio de Dimitrov, el malagueño selló su pase a la final con la segunda bola de partido que dispuso. 

No se lo creía Davidovich, que se iba al suelo de rodillas incrédulo. No tardó mucho en darse cuenta de su gesta y corrió para celebrarlo con los suyos y cuerpo técnico. El malagueño da un paso más en su carrera y logra su primera gran final a sus 22 años. El alemán Alexander Zverev o el griego Stéfanos Tsitsipas serán su rival en la final, número tres y cinco del mundo. Ante ambos se ha medido ya, ambos con derrota: ante Zverev hasta en tres ocasiones sin ganarle ni un set, y ante Tsitsipas se enfrentó el año pasado en Montecarlo (se retiró tras 7-5) y en Rotterdam (7-5, 6-7 y 6-4).

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