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Tenis | Masters 1000 de Montecarlo

Tsitsipas acaba con la semana de ensueño de Davidovich en Montecarlo

  • El malagueño plantó batalla al número 5 del mundo en un partido que se resolvió en dos sets: 6-3, 7-6 (7-3)

Alejandro Davidovich, durante la final en Montecarlo.

Alejandro Davidovich, durante la final en Montecarlo. / Efe

Alejandro Davidovich no pudo remachar una semana de ensueño en el Masters 1.000 de Montecarlo. El malagueño cedió en dos sets [6-3, 7-6 (3-7)], tras mucha pelea y un esfuerzo titánico, el partido ante el griego Stéfanos Tsitsipas, que revalidó el título que consiguió en 2021. El malagueño vivió de nuevo algunos altibajos contra los que supo reponerse para forzar un tie-break donde pesó la veteranía del heleno. 

El primer contacto con la pista fue bueno para Davidovich. Comenzar con puntos a favor por errores del rival siempre son positivos y ayudan a conectar con más celeridad. Pese a ello, Tsitsipas demostró porque es uno de los tenistas más sólidos con su saque en el circuito, confirmando el primer juego para él. Peleó el juego posterior el griego pero el malagueño logró cerrarlo con un passing ganador que levantó la primera gran ovación del respetable. Fue esto, quizá, lo que llevó a Davidovich a morder en el siguiente juego logrando sus dos primeras bolas de break, aunque le valió la primera para lograr la primera rotura.

Debe trabajar esos momentos el malagueño, que no pudo solidificar su break y facilitó el contrabreak a Tsitsipas que finalizó con un passing muy forzado que seguro le alzó la moral. Le aplaudió incluso el malagueño. Sí confirmó con temple el griego su break y posteriormente jugó al servicio firme Davidovich.

Tras otro juego impoluto de Tsitsipas al servicio llegó con el 3-4 un juego crucial. Encadenó varios errores Davidovich que permitieron a su rival tener bolas de break. Aprovechó la primera para otra rotura, ésta clave. Al servicio, Tsitsipas certificó su primer set dejando de nuevo en blanco al malagueño.

Las cosas no comenzaban tampoco bien para Davidovich, que seguía fuera del partido, lleno de dudas y muy dubitativo con su juego. Eso le valía a Tsitsipas que seguía haciendo mella en el malagueño, rompiendo el serbio sin excesivos esfuerzos y confirmando posteriormente con su saque el break. Era un parcial de 3-20 en puntos para el heleno. Desmoralizador.

Despierta Foki

Pero si algo ha demostrado Davidovich en Montecarlo es su capacidad de superación. Si bien es cierto que debe trabajar ese aspecto psicológico que le lleva a perder el control, también se debe destacar esa habilidad para volver al partido con fuerza. Fue ayudado por la grada, que gritaba "Foki, Foki" para animarle, algo que hizo despertar su mejor versión. Logra cerrar su juego con control y con el heleno al servicio forzó dos bolas de break, logrando la rotura con la primera. Esta vez sí reafirmaba el break con un gran juego al saque, en blanco, para un parcial de 12-3. Le daba la vuelta: 3-2.

Pero la veteranía de Tsitsipas, pese a su edad, se notaba sobre la pista monegasca. El griego no sufre tanto cuando se le complica el partido y con su saque no concedió. Juego en blanco para el 3-3. Tuvo otro amago de descontrol el malagueño en el arranque del séptimo juego (15-30) pero logró centrarse para mantener su juego: entraron las tres pelotas posteriores.

Los juegos posteriores fueron sumamente disputados. Tsitsipas se acaba llevando el 4-4 tras sufrir con su servicio cuando llegó al noveno juego, otro clave. De un 15-40 para el griego con Davidovich al saque, se pasó a la ventaja para el malagueño. Fue tras vatios deuce cuando Tsitsipas encontró una rendija por la que romper el servicio y colocar el 4-5.

Pero el malagueño se estaba divirtiendo, se le notaba, estaba vivo y esta vez no le afectaron sus errores y el varapalo del break. Respondió con tenis y forzó dos bolas de break. No pudo ser con la primera pero la segunda sí entró para deleite del público, al que levantaba alzando los brazos. Quería jarana Davidovich. Le costó trabajo sellar el break con su saque para forzar como mínimo el tie-break, aunque el cansancio ya hacía mella también a un Tsitsipas que llegó con menos horas en sus piernas a la final.

Hubo dudas en Tsitsipas para el 6-6 pero el heleno pegó duro para ir hasta el tie-break. Era el momento de jugar sereno para ambos tenistas y esa bala la jugó mejor el vigente campeón. Davidovich comenzó llevándose la bola de saque inicial pero Tsitsipas estaría firme al servicio. Se llevó sus dos bolas y logró romper las dos siguientes de Davidovich, la primera tras una mala dejada del malagueño que le descolocó. La siguiente fue a la red.

El griego sólo tuvo que defenderse y mantenerse sólido para llevarse este Masters 1.000 de Montecarlo, revalidando el trofeo que ganó la temporada pasada. El último punto, con el que se decidía el torneo, dejó a ambos tenistas por el suelo, un fiel reflejo de la bonita batalla que presentaron en Mónaco. Davidovich ya ha dado un primer paso en su carrera, su primera gran final en la que demostró qué tipo de tenista es, aguerrido y peleón. No fue suficiente esta vez, pero con este tenis se prevén tardes con diferente final para el malagueño. Su salto en el ranking ATP, que estará entre los 30 mejores, denota su evolución.

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