Alejandro Davidovich tuvo muy cerca conseguir la mejor victoria de su carrera en el ATP 500 de Rotterdam. Llevó hasta el límite a Stéfanos Tsitsipas, número cuatro del mundo, pero acabó entregando la cuchara tras tres horas de gran tenis sobre la pista indoor de la ciudad neerlandesa. Una superficie en la que el griego acumula títulos, de hecho ganó al Master hace unas temporadas. Perdió por 7-5, 6-7 (2) y 6-4 después de desplegar su mejor tenis el malagueño. Le exigió bastante al griego, que tuvo que rascar de fondo de armario para tumbar a Davidovich, al que le están faltando centímetros en este arranque de temporada para que suene su nombre más fuerte. Perdió con Aliassime en Australia tras cuatro tie breaks antes más esta ocasión perdida en Rotterdam.

En un extraño primer set, los jugadores se rompieron siete veces el saque, no frecuente en pistas duras. Davidovich pasó problemas físicos que exigieron la atención de los fisios. Parecía que estaba mal, pero se puso 5-4 y saque. Pero no culminó y perdió los dos servicios siguientes para entregar la manga.

Parecía el partido decantado en la segunda con 4-2 para Tsitsipas y saque, pero Davidovich jugó un juego espectacular, metiendo presión al griego para recuperar el saque. En el tie break, demoledor Davidovich, que firmó un autoritario 7-2 para ir a la manga definitiva.

Cuando se cocía el partido, Davidovich estaba inspirado, pero llegó un momento crítico, con 3-3 y saque. Tuvo bola para ganar el juego, pero Tsitsipas le dio la vuelta. Y ahí se escapó el partido. El griego no perdonó con su saque y quebró al malagueño, que ofreció su mejor tenis, combativo, generoso y con golpes de alta escuela. El público de Rotterdam se lo reconoció con una ovación. Está en el camino de algo grande.