Vitoria, ciudad de primera. Para vivir, para disfrutar del deporte, con maravillosa gastronomía. El frío no apaga las ganas en una localidad coqueta, verde y viva las 24 horas. Mendizorroza vuelve a ser hermano de élite del Buesa Arena y allí regresa el Málaga para rememorar tardes y noches interesantes. Como el último precedente en Primera, un día en que Manolo Hierro, viendo que su nave se iba pique (y se acabó yendo), recuperó a Duda, al que había tenido arrinconado, para evitar el despeñe. O cuando Sandro ofreció una de sus versiones más mágicas para darle a Perico el gol de la victoria, tres puntos que meses valieron para canjear el ascenso. No es un estadio impresionante pero sí impone por su peculiar diseño, una pequeña caja de resonancia. Los vitorianos están de vuelta.

Y lo han hecho, hasta el momento, haciéndose notar. Saben lo que es empatar sobre la bocina en el Calderón y, sobre todo, a una victoria tan insospechada como meritoria en el Camp Nou. Aquel día los de Pellegrino se sobrepusieron al empuje blaugrana para llevarse los tres puntos con menos sufrimiento del esperado. Recordó, en parte, al triunfo malaguista en aquel campo con Gracia al mando.

De aquel Málaga aún se mantienen varios nombres. Unos continúan disfrutando de la titularidad. Otros, como Fornals, saltarán hoy al verde de Mendizorroza con la intención de sacar nota en un examen complicado. El castellonense será una de las novedades en el once de Juande Ramos, al igual que Duda, que dará descanso a Juanpi. Las variaciones harán que el técnico manchego vuelva a contar con Jony en una banda y Chory en la otra, mientras que arriba, para el gol, estará el canario Sandro.

Más de un quebradero de cabeza habrá tenido Juande para conformar la convocatoria y, por supuesto, para plasmar un once competitivo. Las bajas, un lastre; además del cansancio acumulado de sus internacionales. Pero es algo que ya se barruntaba. Lo que toca ahora evitar con acierto estas dificultades. Ganar hoy dejaría a los blanquiazules con once puntos en la tabla, sin obviar que sería la segunda victoria consecutiva en lo que va de año. Los tres puntos supondrían un bálsamo para la plantilla y aceleraría la convicción en lo que se está haciendo hasta la fecha.

Obviamente, el choque del mediodía de hoy no llega en una situación ideal. Para colmo, se espera un gran ambiente en Mendizorroza, un campo ratonero y que sabe cuándo apretar. Saben los vitorianos que para sufrir lo menos posible tienen que hacerse fuertes en su feudo. Así lo hicieron ante el Granada, en su única victoria como local. Eso sí, los de Pellegrino aún no cayeron con su afición detrás (dos empates a cero ante Sporting y Deportivo).

En el cajón de las cosas por hacer hay varios asteriscos. Más de un blanquiazul señaló, de forma acertada, la necesidad de no verse por detrás en el marcador. Únicamente en el debut liguero, los de Juande han podido meter presión a su rival adelantándose en el marcador. Si además se consigue dejar la portería a cero por primera vez en el año, el avance será notable. Para lograrlo estarán Llorente y Miguel Torres, el chico para todo, formando la pareja de centrales casi por obligación; mientras que en las alas estarán Rosales y Juankar.

Recupera Juande para la causa a Ontiveros, que regresa a una convocatoria con el primer equipo. El marbellí, al que se le queda muy escasa la Tercera, obtiene su recompensa, que será mayor si tiene algunos minutos en el choque. En la misma tesitura está Michael Santos, nuevamente en la convocatoria, y que espera ser uno de los revulsivos.

Todo para formar un puzle que ha ido perdiendo piezas en las últimas fechas. Todo por sumar tres puntos que serían oro macizo. Así llega el Málaga, dispuesto a evadirse de todo en Vitoria.