Mundial de Aikido de Málaga

Festival de Aikido en Málaga

  • Hasta el domingo, más de 400 aikidokas, provenientes de nueve países diferentes, se dan cita en el Pabellón de Ciudad Jardín

  • Se ha creado un programa exclusivo para arbitrar combates

Combate de Aikido en el Mundial de Málaga.

Combate de Aikido en el Mundial de Málaga. / juan roldán

Hace tres años, cuando pidieron convocatorias tras el último campeonato celebrado en Akita (Japón) se presentaron España, Rusia, Inglaterra y Holanda. Al cabo de unos meses las dos últimas no acabaron prosperando y entre España y Rusia la International Tomiki Aikido Federation (ITAF) lo tuvo claro. A partir de ese momento, nueve personas se pusieron manos a la obra para empezar a construir los cimientos de lo que hoy es una realidad. A la cabeza de este arduo proyecto estaban Juan Carlos Aguilar, Esther Morena y Pedro Aguilera. Mediante reuniones semanales, este intrépido grupo de aikidokas trabajaron, durante dos años, sin descanso en todos y cada uno de los detalles que componen un mundial, que no son pocos: Desde elegir las medallas con las que se premiará a los ganadores, hasta estar pendiente de la hidratación de los deportistas, pasando por el alojamiento de los participantes y sus familias.

La iniciativa de nueve aikidokas, mediante reuniones semanales, dio vida a este Mundial

En la capital de la Costa del Sol se han dado cita más de 400 personas, provenientes de nueve países diferentes y todas ellas con un claro objetivo: Llevarse a casa la medalla de oro del Mundial de Aikido de Málaga 2019. El Pabellón de Ciudad Jardín acogerá, hasta el domingo, este campeonato de un arte marcial poco conocida en nuestro país. El equipo español, siempre presente en estas citas internacionales, lo conforman 60 aikidokas procedentes de Málaga, Valencia y Córdoba.

Para competir, existen diez modalidades. Entre ellas destacan la exhibición de katas por parejas y los combates con tanto, un arma corta similar a un puñal, que en competición es de gomaespuma. Pero la gran novedad de este Mundial de Málaga ha llegado, sin lugar a dudas, en el arbitraje. El combinado español se hizo con los servicios de dos ingenieros de software y gracias a uno de ellos los combates están monitorizados por un programa creado exclusivamente para el evento. Challonge es gratuito y permite, desde cualquier dispositivo, llevar la puntuación de un combate de Aikido. La organización también creó una revista y una guía de bolsillo, ambas en inglés, de cara a la adaptación de los deportistas a Málaga y su cultura.

Árbitro señalando la victoria de un aikidoka. Árbitro señalando la victoria de un aikidoka.

Árbitro señalando la victoria de un aikidoka. / juan roldán

Desde las instituciones, siempre se mostraron muy colaborativos de cara a ayudar en todo lo posible. El Ayuntamiento cedió el Pabellón de Ciudad Jardín e incluso incurrió en trámites con la Federación Española de Judo para conseguir el tatami, que se quedará instalado para la celebración del campeonato de Europa. De los altos mandos de esta otra arte marcial, muy similar al Aikido en algunos aspectos, dependió la fecha de este torneo. El Mundial de Aikido y el Europeo de Judo no podían coincidir. El calendario del campeonato del mundo se acabó fijando un año antes y Juan Carlos Aguilar tuvo que hacer varios viajes a tierras niponas para informar de los avances que se iban sucediendo.

Para ser un grupo de inexpertos, como ellos mismo se definen, la celebración del Mundial está siendo todo un éxito y no lo dicen ellos. Fuentes del Área de Deporte del Ayuntamiento de Málaga aseguran que ha sido “la mejor organización de competición vista en los últimos 20 años”. Desde la propia organización del Mundial se mostraron “muy cansados, pero satisfechos porque todo está saliendo de fábula”. Una satisfacción que no lleva a lanzarse a organizar otro tipo de eventos, como un Campeonato de Europa, aunque tampoco lo descartan.“Cuando salgamos de esta, en el futuro, imagino que podríamos organizarlo, pero ahora no se me ocurre ni pensarlo”, aseguró Aguilar. El máximo exponente del Aikido en España definió este desconocido arte marcial como “la mejor manera de enfocar la vida, a nivel deportivo y espiritual. Fomenta la salud y el compañerismo”.

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