"Que sepáis que, como malaguista, os llevo en el corazón". La frase tiene su autor en Jesús Gámez. No la pronunció ayer, sino al día siguiente de conseguir el ascenso. Lo hizo, micrófono en mano, en el balcón del Ayuntamiento durante la celebración del regreso a Primera del club de sus amores. Esta declaración, seis años después, bien le habría valido al futbolista natural de Fuengirola para despedirse de la que ha sido su afición desde cadetes hasta hoy. Gámez, ya con 29 años, echa el candado a toda una vida de color blanquiazul e inicia una nueva etapa en el Atlético de Madrid. Gámez deja al Málaga huérfano de emblemas. "Gámez no se vende", gritaba la afición en el Paseo del Parque aquel 16 de junio. Los clubes cerraron la operación la madrugada del martes.

Jesús Gámez jugará en el Calderón las próximas tres temporadas. Las fuentes consultadas por este periódico destacan que la operación satisface a todas las partes: al futbolista primero, porque da el salto al campeón de Liga y subcampeón de Champions, además de lograr una mejora de sus condiciones económicas; al Málaga, porque reduce masa salarial y da un respiro a su tesorería; y al Atlético, que se lleva a un lateral derecho de categoría contrastada tanto en España como Europa. Aunque los clubes prefieren no revelar los términos de la operación, fuentes de la negociación señalan que el Málaga percibirá alrededor de dos millones de euros. Consigue el club, asimismo, que Gámez perdone una importante deuda acumulada correspondiente a la pasada campaña.

Gámez se encuentra en Madrid. Viajó ayer mismo para pasar reconocimiento médico y rubricar su nuevo contrato. Firmará hoy. La entidad colchonera prevé comunicar el fichaje a lo largo del día.

En torno a las 15:10 de ayer, el jugador fuengiroleño asomó por la terminal del aeropuerto de Málaga. Tras dejar la concentración en Zúrich y despedirse de los que hasta ayer eran sus compañeros, Gámez hizo aterrizaje en la Costa del Sol previo al desplazamiento en AVE rumbo a la capital de España. Ataviado aún con el uniforme del Málaga, Gámez no se entretuvo en el aeródromo malagueño. Llegó solo y no quiso hacer ninguna declaración, aunque confirmó que "todo está bien". El futbolista tomó el tren a Madrid pasadas las 20:30 de la tarde.

Fuentes del club afirman que la del Atlético ha sido la única oferta que ha llegado por Gámez. Señalan que en ningún momento Olympique de Marsella pujó por el lateral, ni siquiera a través de su agente, Manuel García Quilón. En el Málaga nunca han ocultado que se estudiaría cualquier proposición por Gámez. Puntualizan en Martiricos que el jugador, además, ha mostrado su firme disposición a cambiar de aires para militar en un equipo, el Atlético, que juega Champions League y se está reforzando a conciencia para afrontar las tres competiciones con garantías. Gámez le hará la competencia a Juanfran, que tendrá un recambio de nivel.

La noticia de su salida pilló desprevenida tanto a la plantilla como la afición. En las redes sociales abundaron los mensajes con Jesús Gámez como protagonista. Proliferaron los lamentos sobre el precio del traspaso. También comentarios elogiosos por la labor de la dirección deportiva. Hubo prácticamente unanimidad en los agradecimientos a un futbolista que llegó al Málaga con apenas 15 años.

Gámez es un símbolo del Málaga. Es el jugador que más veces ha vestido la zamarra blanquiazul desde su refundación como Club de Fútbol: 293 partidos (193 en Primera, 73 en Segunda, 17 de Copa y 10 de Champions). Aun con altibajos y sin apenas competencia en su demarcación, Gámez ha crecido al mismo ritmo que el Málaga, con el que pasó de bajar a Segunda a rozar una semifinales de Champions.

La de Gámez es la historia con la que sueña cualquier niño: triunfar en su equipo de siempre, llegando incluso a ser capitán. Un acto de indisciplina, consistente en una escapada nocturna con un par de compañeros, llevó a Manuel Pellegrini a quitarle el brazalete.

En cualquier caso, Gámez ha hecho historia. Jugador de cifras legendarias pese a que su carrera le quedan todavía buenos años de fútbol. El Málaga pierde a una de sus insignias. A su altura sigue Weligton, único superviviente de aquel ascenso a Primera. Camacho también sigue sus pasos. Coincidirán en un campo como adversarios a partir de hoy.