Una hora antes del partido, aún con las luces del Carpena a media intensidad, James Gist departía en el círculo central del Palacio con varios de sus ex compañeros, entre ellos los dos más cercanos en su época breve en Málaga, Marcus Williams y Earl Calloway. No parecía haber rencor por sus gestos en el partido de ida. Eso sí, la motivación fue la misma que en el OAKA, cuando anotó 17 puntos en su mejor partido con la camiseta del Panathinaikos.

Gist hizo méritos en el partido de ida para no ser recibido con cortesía por la afición malagueña, que le silbó durante la presentación, aunque en ese momento apenas habían acudido la mitad de los espectadores, servidumbre de la hora del encuentro, adelantada 60 minutos por motivos televisivos.

Gist estuvo en su papel, lo que se le conoce. Un mate cogiendo en el aire un rechace, un buen movimiento y un triple y un tapón soberbio que le colocó Fran Vázquez y desató la ovación del Carpena fueron los hitos en la labor del americano en el primer tiempo. En la segunda parte a Gist se le vio menos, se fue hasta los ocho rebotes, pero quedó sin anotar. Zoric le colocó una chapa sensacional en un momento clave como antes se le había puesto Fran. Y su brother Williams hizo que su paso fuera indiferente.