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"Golpeo el balón fuerte y con tres dedos"

De su pasado a su presente. Pedro Morales quiere convencer a los dirigentes para seguir. Con su exquisito golpeo a balón parado y con un fútbol más continuo.

-¿Cómo fue el día en que...?

-[Se anticipa a la pregunta] ... ¿Me dijeron que venía acá? Fue tremendo. Yo entrenaba por mi cuenta en Chile a la espera de que me dijeran algo. En la U me frustré mucho. Estaba triste, no me hacían jugar. Ponían a niños de 17 niños antes que yo cuando me rompía el culo entrenando. No había forma de convencer al técnico. Terminó todo, me fui de vacaciones dos semanas con mi familia a Cancún y a la vuelta me mentalicé bien para prepararme. El 29 me llamó mi representante, que estaba aquí, pero no se lo cogí. Desperté y sentí un whatsapp vibrando. Me dijo: 'Pedro, tienes viaje a la 13:30 a Málaga'. Le dije a mi esposa: 'Mi amor, me voy a Málaga'. Con el sueño no reaccionaba. Fui a firmar unos papeles, hice un par de maletas y volé para acá.

-¿Entonces se convenció de que no podía dejar pasar ese tren?

-Sí, era un sueño, otro tren que me da la vida. Espero tomarlo para hacer las cosas bien aquí. En Zagreb veía El Día Después con mi mujer y lo encontrábamos muy divertido. Que hicieran las voces de los jugadores, los gestos de los entrenadores... Yo le decía: 'Yo tengo las condiciones para estar ahí, ¡yo puedo jugar ahí! Y se dio ahora. Imagínate, estás jugando en una de las ligas más importantes, con tan buenos jugadores, con los cracks que tengo por compañeros, el nivel del cuerpo técnico... Estoy cumpliendo un sueño que hace mucho pensé que se podía realizar. Ojalá que me vaya bien acá.

-Su historia y la de Iturra son calcadas.

-Así es. ¿Por qué no iba a poder vivir esto yo también? Yo nunca me he rendido. A mí siempre me ha costado más que a otras personas conseguir cosas. Pero me dije de ir a luchándola. Y aquí estoy, peleándola. Espero ser un aporte para el equipo y a ver qué ocurre en junio.

-Le admito que no le conocíamos de nada. Y descubrimos a un gran golpeador. ¿Siempre destacó en esa faceta?

-Siempre, siempre. Mis técnicos decían que tenía que aprovechar esa calidad en la pegada que tenía. Yo exagero mucho con rematar al arco porque hay que hacer goles, así se ganan los partidos. Esa virtud la llevo puliendo con los años y me ha traído buenos réditos. En Zagreb casi todos mis goles fueron de fuera del área, de penal o de tiro libre. Tengo que aprovecharlo.

-¿Cuál es su referente?

-Cuando era chico me fijaba mucho en un jugador que le pegaba con tres dedos y metía muchos goles olímpicos. Coke Contreras, que jugó en Las Palmas. Tenía buena pegada, me encantaba cómo le daba. Empecé a copiarlo y he tenido la fortuna de seguir entrenando con buenos jugadores. A cada uno los investigo para ver si puedo añadir algo más. La he mejorado bastante y espero seguir mejorándola.

-¿El truco es con los primeros tres dedos?

-Mi primer gol fue así. Me gusta mucho pegarle así. Quizá no tanto de rosca. Depende de la posición del campo, se rige el golpeo.

-¿Cruzaría una apuesta con Duda chutando faltas?

-Buah, me llamó mucho la atención cómo le pega. Siempre lo digo, es tremendo. Él no tiene un golpeo de borde interno, sino que [lo escenifica] le pega entre empeine y los tres primeros dedos del pie. Le pega increíble. El borde interno te da seguridad y dirección en el tiro. Pero a mí me gusta pegarle fuerte, con el empeine, y darle dirección.

-Suma dos goles y tres asistencias. ¿Su renovación puede depender de tener mayor continuidad en el juego?

-Sí, encuentro que así será. Para eso entreno día a día. Quiero esa regularidad de estar siempre encima de la pelota, generar juego. Durante todos estos meses me he sentido muy bien. Pensaba que me costaría más acostumbrarme al estilo de juego, pero me viene bien. Me siento cómodo para mejorarlo.

-Y eso que llegó mal físicamente porque había estado parado.

-Y todavía tengo que mejorar más. El año pasado tenía muy poco fútbol en el cuerpo. Estuve desde el 5 de enero hasta que debuté en febrero en Valladolid sin partidos, sólo entrenando. Pero todavía me queda mucho.

-¿Su única espina es no haber podido jugar Champions?

-El primer día, cuando el míster me dijo que no podía estar inscrito por los cupos, no lo tomé mal. Porque la idea inicial era acoplarme bien. Pero cuando viajamos a Dortmund o vimos el Oporto aquí, te entran las ganas de estar. Ves desde el palco el ambientazo de La Rosaleda... Los compañeros se lo merecían. Ahora se valorará más porque quedamos fuera contra un finalista. Pero yo creo que el Málaga estaba perfectamente para meterse en la final de la Champions.

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