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"Con Gracia se fue el jefe, pero con Juande Ramos vamos a lo seguro"

  • El único malagueño del equipo pone un "notable muy, muy alto" a la temporada "No pondría dinero de mi bolsillo para que Camacho siga pero ojalá lo haga", dice entre bromas de su amigo

Balance con pinceladas de futuro. Recio disfruta de sus vacaciones siempre con un ojo puesto en el fútbol y en su Málaga. Pronto desconectará en las Islas Baleares con su pareja y su pequeño, que está a punto de cumplir un año. Pero antes pasa revista el único malagueño de la plantilla. Sus reflexiones ya hablan de un tipo más maduro y que se siente importante en el club y en el proyecto.

-¿Qué nota le pone al equipo en la temporada 15/16?

-Viendo todos los momentos que ha habido, que cuando llevábamos doce jornadas no veíamos ningún equipo debajo de nosotros, sino que éramos los peores en cuanto a puntos, y al final quedas octavo... En todos sus años, salvo los de Champions, pocas veces ha quedado octavo el club. Haberlo conseguido es para poner un notable muy, muy alto al equipo. El sobresaliente es complicado porque siempre hay cosas que mejorar.

-¿Qué valor se le da al octavo puesto, el de ser el primero de su Liga?

-Las siete que hay por delante de nosotros creo que por presupuesto, salvo quizá el Celta, son plantillas muy poderosas. Quedar octavos es ser el primero de los 13 que luchan por permanecer, salvo el Valencia. Ser nosotros el primer equipo de esa Liga es para sentirte orgulloso, para saber que el trabajo desde el 1 de julio fue bueno. Y viendo cómo iba todo... Si nos preguntan en noviembre que el equipo va a quedar octavo, no lo habríamos creído ni nosotros ni los aficionados. Hay que darle valor al cuerpo técnico, al equipo y a la afición, que en los momentos más críticos estuvo con nosotros.

-¿En algún momento vio el panorama negro de verdad?

-Sí, lo sabíamos dentro del vestuario. Había gente que llevaba mucho tiempo en el vestuario, gente nueva y gente joven. La intención era mostrar a los que nunca se habían visto últimos en la clasificación que del único modo en que lo íbamos a sacar era estando todos unidos y creyendo en lo que hacíamos. Esa fue una de las cosas que hizo el equipo, y que fuera entrando la pelotita para empezar a sumar de tres en tres, que te permite seguir creyendo en tu trabajo. Hubo momentos muy duros, como el descanso de Vallecas, donde llegamos últimos y éramos más últimos todavía, y otros muy complicados. Por eso más valor se le da a que el equipo saliera como lo hizo y creyera.

-¿Qué pasó al descanso de ese partido en Vallecas?

-No ocurrió nada especial. Cuando sí pasó fue en la reunión tras perder contra el Mirandés en Copa. Ese partido de Vallecas fue muy importante porque fue el primero que ganamos fuera de casa, los primeros goles que metimos fuera. Por todo, fue muy importante. Pero luego llegó ese partido contra el Mirandés en casa. Siempre he dicho que estando en la situación en que estábamos la Copa no era prioridad, pero nunca gusta caer de esa manera, ante un Segunda y dando la imagen que dimos. Al día siguiente se hizo esa reunión en la que estaba claro lo que teníamos que hablar. Hicimos ver a la gente nueva lo que significa estar en el Málaga, lo que significa esta afición. Todos pusimos de nuestra parte, empezando por los entrenamientos, siendo un grupo, siendo uno.

-En Granada también luchó por la salvación. Cuando uno vuelve a esa situación, ¿qué piensa? ¿Otra vez esto o ya tengo experiencia para salir de ahí?

-Hay un poco de las dos cosas. El año pasado fue una temporada tranquila, estábamos salvados una vuelta antes. Los dos años en Granada fueron por permanecer. Por un lado, dices: 'jo, otra vez hay que luchar por salvarse'. Pero por otro: 'es buena esa experiencia que tienes'. Pero no sólo yo, aquí muchos tenían esa experiencia. Poder darle esos consejos a los canteranos o a los extranjeros es bueno en esa mezcla de veteranía y de gente nueva con hambre.

-Parece que fue ayer cuando debutó y ya está dándole consejos a los jóvenes.

-Sí, los años pasan muy rápido. Voy a empezar mi séptima temporada en Primera y no me lo creo. Debuté con 19 años, siendo muy joven, y pasan volados. Uno vive momentos buenos y malos, pero no me puedo quejar de estos seis años, ojalá pueda cumplir unos cuantos partidos más.

-¿La mente le va pidiendo afrontar objetivos más ambiciosos?

-Sí. Con todo lo mal que lo hemos pasado, incluso estuvimos cerca del séptimo y el equipo creyó que lo podíamos conseguir. A la larga, el Málaga es un ejemplo donde muchos equipos se miran. He escuchado a muchos entrenadores que luchaban por no descender decir que el Málaga y su forma de trabajo eran el espejo donde mirarse, por cómo salió del pozo. Eso es bueno, que nos tengan ese respeto los equipos va a hacer que vayamos creciendo.

-¿En qué punto de su carrera se ve Recio?

-Haciendo balance individual, creo que ha sido un buen año para mí. He crecido en muchos aspectos del juego, me he encontrado muy a gusto, he salido al campo sabiendo a lo que jugábamos y lo que tenía que hacer. Los resultados también te dan la confianza, está claro. Lo vería de manera muy positiva este año. Pero soy muy joven, tengo 25 años y tengo que seguir creciendo.

-Ya no hace falta que le preguntemos esa clásica de si es medio centro o mediapunta.

-Mi aspecto a mejorar hace unos años era el defensivo. A partir de ahí es cuando mejor futbolista me he sentido. Era un aspecto que tenía que mejorar y lo he hecho, sobre todo en un equipo en el que juegas con doble pivote. Me gusta descolgarme y llegar al área rival, pero tienes que implicarte en defensa y ser un jugador duro y que equilibre el equipo. En ese sentido, incluso este año he mejorado y es algo de lo que estoy contento.

-¿Cuánto le debe de todo eso a Camacho?

-Nos conocemos desde hace años, además. Él sí vino con esa etiqueta de pivote defensivo y me complemento muy bien con él. Siempre digo que cuando te llevas bien fuera del campo eso se traslada dentro. Nuestro entendimiento ha sido así porque nosotros, aparte de tener buena relación, nos compenetramos bien. Para mí es un complemento perfecto porque abarca mucho campo y nos da un gran equilibrio. Es un magnífico jugador y no lo vamos a descubrir ahora.

-¿En qué cree que usted hace mejor a Camacho?

-Eso habría que preguntárselo a él [risas]. No sé, intento aportar lo mío, hacer mi juego. Yo sé lo que aporta él y lo que puedo aportar yo. Lo bueno es que entre los dos intentamos compenetrarnos y darle equilibrio al equipo. El centro del campo es una de las parcelas más importantes en un equipo en general. Este año nos hemos sentido muy a gusto y espero que él se sienta igual y yo pueda hacer algunas funciones que él no hace.

-¿Pagaría dinero de su bolsillo para que no se llevaran a Camacho este verano?

-De mi bolsillo no [risas], pero está claro que me encantaría que siguiera. Ojalá que si dependiera del club poner el dinero, hiciera el esfuerzo porque es muy importante para este año.

-Ha estado muy bien a balón parado, dando asistencias, pero con la espinita de no haber marcado de falta.

-Mis compañeros me lo dicen, que he hecho muchos "huys" pero no he marcado aún. Al final no pude meter un gol pese a varias oportunidades. A veces por el portero y otras por mala suerte no pudo ser. El balón parado lo ensayamos mucho desde el año pasado porque el míster le daba mucha importancia a esas jugadas y las ensayábamos en los entrenamientos. Me ha tocado lanzarlos y cuando te dan la confianza para ser el lanzador uno va mejorando y ese es otro aspecto en el que he dado un paso adelante.

-También tiene que mejorar en el capítulo disciplinario. Supongo que no le hizo gracia ser el jugador más amonestado de la Liga.

-No, para nada. No lo quiero porque además te pierdes partidos. He tenido que perderme tres por ciclos y uno no quiere. Es verdad que en el centro del campo tienes que hacer faltas tácticas y esas se ven mucho y te lo penalizan con tarjeta. Las que más rabia me dan son las que han sido por protestar, que han sido dos. Si tienen que ser, que sean por faltas, aunque intentaremos que el año que viene sean bastantes menos.

-¿Por qué la próxima temporada no puede ser el Málaga ese equipo que sorprenda y se meta en competición europea?

-Al final hay que ser ambicioso. El primer objetivo cuando empiece la Liga será conseguir cuanto antes la permanencia. Este año estábamos virtualmente salvados a mediados de la segunda vuelta. Luego hay que ser ambiciosos y saber que el Málaga es un equipo respetado por los de abajo y por los de arriba, a los que les hemos planteado partidos difíciles, y eso nos tiene que hacer sentir importantes, orgullosos y ojalá el próximo año podamos estar entre los seis o siete primeros.

-Para ello no contarán con Javi Gracia. ¿Le dejó muy sorprendido su marcha al Rubin Kazan?

-Pensábamos que a lo mejor podía salir porque había equipos interesados en él, pero yo creía que iba a seguir. Lo que queríamos era que siguiera porque llevábamos dos años y era el jefe del proyecto, de la manera de jugar, que gustaría o no, pero era nuestra manera de jugar. Teníamos metido ese buen concepto defensivo que nos permitió ser de los menos goleados. Se va un buen entrenador y ya lo dije antes de que pudiera pasar, que sería una mala noticia para todos. Pero es normal. Son ofertas que uno no puede dejar pasar. La vida del jugador es corta y también la del entrenador. Cuando te vienen ofertas así hay que valorarlas bien.

-Y dos días después firman a Juande Ramos. ¿Cómo valora su llegada?

-Ha sido todo muy rápido, y cuando se han hecho las cosas así es porque igual en el club sabrían que tenía opciones de salir. La contratación de Juande Ramos nos ha pillado de vacaciones, enterándonos por la prensa. Me parece un buen entrenador, no lo conozco personalmente, pero ahí está su trayectoria y los títulos que ha ganado. Conoce el Málaga y la casa, y eso es muy importante. Eso es fundamental. Es un fichaje con el que vamos a lo seguro porque es un entrenador contrastado y con mucha experiencia. Esperemos que haga un trabajo y que siga la buena línea que llevábamos.

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