Guillem Rubio y Josh Asselin, algo más que reencuentro

Coincidieron en Manresa durante tres temporadas y guardan una gran amistad

Juan De La Huerga / Sevilla

31 de octubre 2009 - 05:02

El debate en la Sevilla baloncestística gira acerca del pobre rendimiento de Josh Asselin. Llegó para ocupar plaza de español, pero un papel que no llega le hace jugar como extracomunitario y prescindir de Ager, un exterior que equilibraba la plantilla. En el vestuario del Unicaja hay un buen conocedor del pívot norteamericano con pasaporte dominicano, Guillem Rubio, ahora en el Unicaja, con quien pasó tres años en Manresa. El catalán defiende su labor y sabe que explotará, aunque quiere que los seguidores sevillanos entiendan que no pasa por un buen momento. "Es un grandísimo jugador y persona. Han pasado cosas raras este verano y no tiene la cabeza al cien por cien en el baloncesto. El tío es muy bueno, pero no acaba de encontrarse bien en el campo. Seguramente jugando como cuatro no está tan a gusto como cuando competía por dentro, que es donde es bueno de verdad. Puede tirar de fuera y es más rápido que los cincos puros. Joshua es un pedazo de jugador", elogia Rubio.

Incide el internacional con la selección español en que "Asselin no ha jugado nunca en Manresa como ala-pívot -de hecho, el cuatro es él mismo-, sólo cuando estuvo en la LEB y eso lo dominaba muy fácilmente. Cuando ha jugado bien era de pívot nato, se podía abrir con jugadores grandes. Sufre compitiendo de cuatro porque la gente tiene más movilidad, aunque es complicado que teniendo a Triguero y Rey pueda ubicarse en esa posición".

Todo el jaleo que se ha montado en torno a él ha repercutido negativamente en sus números. "Conociendo a Josh, todo esto le está afectando seguro, es una persona muy implicada. No es el típico americano que viene, coge la pasta y se pira. Cuando vaya a Manresa va a recibir una enorme ovación porque es muy querido allí. Tiene mentalidad de jugador europeo y ver que su compañero no puede jugar por culpa de él y que encima no lo está haciendo bien, pues le tiene que afectar. Es muy emotivo", sentencia el ala-pívot del equipo malagueño.

Plagados ambos de tatuajes, aunque sólo han coincidido en el lugar en el que se los hacían, no en los mismos dibujos, Rubio admite que "tengo muchas ganas de jugar contra él, porque no lo he hecho nunca; tanto tiempo jugando juntos y ahora nos toca enfrentarnos".

stats