El árbitro malagueño Daniel Hierrezuelo, en la ACB desde la temporada 95-96, pitará esta semana el encuentro Alta Gestión Fuenlabrada-Akasvayu Girona, su partido 400 en la ACB. Hierrezuelo reconoce sentirse "orgulloso pero también pero a la vez consciente que tengo margen de mejora y que hay que seguir motivado para no dejar de aprender. Llegar a 400 partidos es algo importante, pero espero seguir sumando y mejorando en los próximos años".

El malagueño se inició en el mundo del arbitraje gracias a su hermana, que es auxiliar de mesa en los partidos ACB en Málaga. "Se lo debo a ella, porque cuando dejé de jugar al baloncesto, me insistió una y otra vez en que lo probara y finalmente me logró convencer", recuerda el árbitro andaluz, que reconoce que "una vez lo probé me quedé totalmente enganchado".

Durante su prolongada carrera en el mundo del arbitraje ha habido otros momentos muy especiales, pero quizá el más destacado fue pitar la final entre el F. C. Barcelona y el Real Madrid en 2001, en su Málaga natal. "Ese fue realmente un momento muy especial, diferente. Pitar una final de la Copa del Rey entre el F. C. Barcelona y el Real Madrid y poder hacerlo en mi ciudad fue algo único. Además fue una final histórica porque fue la Copa del Rey donde Pau Gasol explotaba y se mostró a todos como el gran jugador que es ahora". Tras esa final ha habido otros momentos destacados, como la "final de la Copa de la temporada pasada, una Final Four de la FIBA en Israel o la primera Final de la Copa que pité en León, sólo un año después de lograr ascender a la ACB". Hierrezuelo no tiene ninguna duda que la ACB es actualmente "la mejor liga de Europa, tanto por su nivel deportivo como por estructura y organización. Esto sin duda también beneficia a los árbitros".