Iraq y Nueva Zelanda se ganan a pulso irse
Iraq y Nueva Zelanda se despidieron de la Copa Confederaciones con un empate a cero en un encuentro en el que exhibieron sus limitaciones y en el que los iraquíes no demostraron que necesitaban ganar para clasificarse. Ambos equipos se marchan del torneo sin haber marcado un solo gol. En la primera mitad, el equipo que menos mostró sus deficiencias fue Nueva Zelanda, pero tras el descanso mejoró el equipo asiático, aunque sin suficientes argumentos como para ganar.
Aunque era Iraq el que necesitaba la victoria, fue Nueva Zelanda el que manejó el partido en la primera mitad y el que más claras ocasiones de gol creó. El dominio territorial y las oportunidades no estuvieron acompañadas del acierto por la falta de calidad de sus futbolistas, que erraron en situaciones muy ventajosas. Enfrente, Iraq apenas se pareció al equipo intenso que jugó contra Suráfrica y España. Su presencia en el centro del campo apenas se dejó notar y sus llegadas se produjeron con cuentagotas, por lo que el encuentro llegó a su ecuador sin goles.
Iraq se animó tras el descanso, al conocer que Suráfrica perdía con España, y mejoró en su juego y en su capacidad ofensiva, ante un rival que acusó el esfuerzo del primer periodo y que ya no se aproximó a la portería rival con la misma facilidad que en la primera parte.
Se jugaba cada vez más cerca de la portería de Nueva Zelanda, pero las acciones ofensivas de los iraquíes no revestían peligro a pesar de que tenían opciones de meterse en las semifinales a costa del anfitrión, ya que su única opción para conseguirlo pasaba por obtener la victoria. Al final el partido acabó sin goles, con Iraq fuera de semifinales y con los jugadores de Nueva Zelanda más que contentos por el punto conseguido.
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