Italia y Serbia se lavan las manos

Violencia

La amenaza de sanciones por parte de la UEFA enfrenta ahora a ambos países

Bernhard Krieger (Dpa) / Roma

15 de octubre 2010 - 05:02

La cuestión de la responsabilidad por el escándalo de Génova sigue al rojo vivo: las autoridades italianas y serbias cruzaron ayer acusaciones por los serios disturbios que motivaron la suspensión del partido de fútbol entre la selección azzurra y la de Serbia, en Génova.

Ante la amenaza de una sanción por parte de la UEFA, el Gobierno de Italia y la federación de fútbol de ese país (FIGC) rechazaron cualquier responsabilidad. Si bien de acuerdo a las reglas de la UEFA, Italia, en su carácter de anfitriona, fue la responsable de garantizar la seguridad dentro del estadio Luigi Ferraris, el Gobierno negó tener culpa alguna en los disturbios protagonizados por hooligans serbios.

"Una sanción por parte de la UEFA me decepcionaría, ya que no veo qué responsabilidad tenemos que asumir", dijo el ministro del Interior italiano, Roberto Maroni, que negó que desde Belgrado se hubiera alertado sobre la peligrosidad de los hinchas que viajaron a Génova. "Sólo hubo un fax con la información de que vendrían 200 hinchas", dijo Maroni, antes de agregar que posteriormente el número se aumentó a 1.200 tras conversaciones con la UEFA, sin que hubiera habido ninguna advertencia de las autoridades serbias.

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