El ex ciclista profesional Javier Otxoa (Barakaldo, 1974), afincado desde hace años en Alhaurín de la Torre, ha fallecido hoy después de una larga y grave enfermedad. La fatalidad ha querido que su fallecimiento se haya producido a sólo pocas horas del inicio de la ronda española.

Javier Otxoa seguía siendo un gran aficionado al deporte de su vida. Estuvo presente en la salida de La Vuelta desde Alhaurín de la Torre en 2015 y acudió a los actos de presentación y celebraciones de otras competiciones de la localidad en la que vivía. Precisamente esta noticia ha dado lugar a la cancelación de la Copa de España de Ciclismo Adaptado que llevaba su nombre y que iba a tener lugar en Alhaurín el 2 de septiembre. “Lo retomaremos en cuanto podamos para darle el homenaje que se merece”, ha explicado el concejal de Deportes de Alhaurín, Prudencio J. Ruiz. La misa por Javier Otxoa tendrá lugar este sábado, 25 de agosto, a las 12,30 horas en el Parque Cementerio de Málaga (Parcemasa).

Precisamente hace poco más de un mes se cumplieron 18 años de una de las gestas más importantes que se recuerdan de su vida deportiva: su victoria en el Tour de Francia del año 2000, en la emblemática cima del Hautacam, por delante del entonces invencible Lance Armstrong. Aquel triunfo, en una carrera épica dominada por la lluvia y el frío, lo catalputó a la élite del clismo mundial. El por aquel entonces corredor del Kelme-Costa Blanca, culminó una escapada en la que llegó a tener casi 10 minutos de ventaja sobre Armstrong, quien a la postre sería el vencedor de un Tour que finalmente perdería por dopaje.

Unos meses más tarde, el 15 de febrero de 2001, la vida de Otxoa cambiaría para siempre. Un terrible accidente mientras entrenaba con su hermano Ricardo, otra de las grandes promesas del ciclismo español, acabó con la vida de éste, dejándo a Javier al borde mismo de la absoluta tragedia.

Sus secuelas y su parálisis cerebral no le impideron volverse a subir a la bicicleta, compitiendo y acaparando también un increíble palmarés en el ciclismo adaptado, que culminaría con cuatro medallas paralímpicas. Dos en los Juegos de Atenas de 2004 (una de oro y otra de plata) y otras dos más, en Pekín 2008, subiendo a lo más alto del pódium en contrarreloj y una plata de fondo en carretera. Su currículum deportivo incluye también importantes victorias de cuando era un ciclista junior y en carreras y campeonatos adaptados de Europa y del Mundo.

Javier Otxoa ya residía por temporadas en Alhaurín de la Torre con sus padres, pero fue a raíz del accidente cuando decidieron afincarse de forma definitiva en el municipio. Desde entonces, su vinculación con la localidad le hacía acudir a numerosos actos más allá de los puramente deportivos. María, su madre y Vicente, su amigo, siempre le acompañaban.

Joaquín Villanova, alcalde de Alhaurín ha remarcado que Javier era “un ejemplo de superación para todos nosotros”. “Ha sido una de las personas que mejor ha encarnado nunca los valores deportivos. Para mí era un orgullo que se sintiera tan implicado en Alhaurín de la Torre. Su vida fue una continua sucesión de obstáculos, que iba salvando uno por uno. Esta ha sido la peor noticia. Su familia sabe que siempre tendrá nuestra admiración y reconocimiento”, agregó el regidor.