Jordi Pablo pone fin a su calvario

El joven interior volvió a jugar un partido 184 días después de su grave lesión y hoy el doctor puede darle el alta médica

Jordi Pablo pone fin a su calvario
Jordi Pablo pone fin a su calvario
José L. Malo

04 de marzo 2010 - 07:36

Ayer Jordi Pablo volvió a vestirse de corto para jugar un partido de fútbol. Un partido de verdad, porque fue en un encuentro amistoso, sí, pero con árbitro, en unas medidas reglamentarias y no en los partidillos de La Rosaleda. El rival, el Dinamo de Moscú, se lo tomó en serio, con jugadores que iban a la verdad y de importante complexión física, así que para el de Vinaroz, que cumplía 184 días supuso un test tan serio como el más motivado de los que jugó el sábado pasado en el Camp Nou. El joven interior diestro dio el primer paso para olvidar el calvario de su rotura de ligamentos y hoy puede dar el segundo, ya que el jefe de los servicios médicos, Juan Carlos Pérez Frías, tiene previsto examinarle para ver si le da el alta médica definitiva.

A priori se trataba del clásico test entre uno de los muchos equipos centroeuropeos que estas fechas trabaja por la Costa del Sol contra el filial blanquiazul. Sin embargo, se decidió que en él participara el ex del Villarreal (único componente del primer equipo) para que probara su estado físico. Y el examen fue muy positivo durante los 45 minutos que le alineó Muñiz ante el conjunto ruso.

Lo más destacable de la actuación de Jordi Pablo, que lució el número 10 en su espalda, fue ver que mentalmente parece haber superado su lesión. Los jugadores del Dinamo de Moscú se emplearon con firmeza, pese a ser un encuentro amistoso, y él no se achantó. Se le vio en alguna que otra jugada metiendo la pierna como si no hubiera sufrido una lesión de ligamentos e intentó mostrarse todo lo participativo que pudo.

Ahí es donde se pudieron apreciar las carencias lógicas del futbolista, puesto que la ausencia de frescura física le impidió desbordar por banda con velocidad. Logró zafarse de su par en alguna ocasión y conectar algún centro al interior del área. Además, mostró buena capacidad de asociación con Portillo, con el que tiró alguna pared que otra.

Al descanso fue sustituido y se puso a hacer carrera continua para luego marcharse al interior de las instalaciones del estadio de atletismo Ciudad de Málaga con el recuperador Rafa Mondragón. Jordi Pablo se marchó con una amplia sonrisa tras comprobar que su nivel de confianza es óptimo y que ahora su única lucha será trabajar duro para conseguir cuanto antes la chispa competitiva que obviamente no tiene por su larga convalecencia.

Esta misma mañana el doctor blanquiazul charlará con él acerca de las sensaciones que tuvo e inspeccionará su rodilla para ver si le concede el alta médica. No obstante, tendrá que esperar algunas semanas más para verse por primera vez en una lista de convocados de Muñiz, puesto que tendrá que ir mejorando su forma física y estar listo para ayudar al equipo a finiquitar la salvación malaguista. En cualquier caso, Jordi Pablo ya sí que ve la luz al final de ese túnel de seis meses que le ha tenido sin hacer lo que más le gusta: jugar al fútbol.

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