El holandés Olav Kooij (Visma Lease Bike) ha conseguido, con un tiempo de 4:11:29, la victoria en la trigésimo séptima edición de la Clásica de Almería al imponerse al sprint en la meta instalada en Roquetas de Mar, en una prueba marcada por una escapada que se inició a seis kilómetros de la salida y abortada a 15 kilómetros de la meta. En ella estuvo presente el malagueño Luis Ángel Maté, que se impuso en la clasificación de la Montaña.

Segundo ha sido el italiano Matteo Moschetti (Q36.5), con su compatriota Matteo Trentin (Tudor) como tercero en una prueba que, pese a la ausencia de sol durante la segunda parte del recorrido, ha estado acompañada por una buena temperatura y sólo con una pequeñísima llovizna a mitad de recorrido y casi en el último kilómetro, que no ha incidido en el desarrollo de la carrera. Lo que sí que ha sido importante ha sido la escapada protagonizada por Ander Okamika (Burgos BH), Luis Ángel Maté (Esukaltel), Will Barta (Movistar) Aptiste Vadic (Total Energie), José María García (Isles Balears) y Asierte González (Isles Balears), que hicieron aventura desde el kilómetro 6 hasta que a falta de 15 kilómetros fueron absorbidos por el pelotón.

Mientras tanto, los seis 'aventureros' rodaron a ritmo, sin fisuras en los relevos, para poner en jaque a un pelotón del que tiraban Arkea, tratando de arropar a su líder, el francés Arnaud Démare; Visma Lease a Bike, con interés en arropar al belga Wout van Aert y al neerlandés Olav Koolj, y Lotto-Dstny, con el también belga Arnaud de Lie, que el pasado año cogió podium, con el segundo puesto.

La diferencia fue subiendo. Los hitos de la prueba, entre sprints intermedios y puertos de montaña, aceleraron el paso de los escapados, que fueron desgranándose hasta que la prueba, con viento a favor, entró en los últimos 50 kilómetros, en los que la diferencia, que había sido próxima a los seis minutos, se quedó en menos de dos minutos. 

Arkea, Lotto, Visma, Bora y Movistar tiraban a rueda para tratar de abortar la escapada que había perdido unidades, sólo con cuatro efectivos y el pelotón recortando metros en cada pedalada. Al primer paso por meta la ventaja era de menos de 20 segundos, pero aún quedaban 27 kilómetros para llegar a la meta, pero se notaban las fuerzas, menos en los escapados y volando el pelotón del que era imposible el salto.

A 15 kilómetros del final, el pelotón ya no permitió alegrías, los escapados se saludaron por el esfuerzo y acabaron engullidos por un pelotón en el que mandaban los equipos de los sprinters, con Visma Lease A Bike haciendo 'estudio' de lo que quedaba. Había tomado nota. El Q36.5 entró en guerra. Van Aert tomó ventaja para lanzar a su compañero Olav Kooij que, con un golpe de pedal, se impuso sobre el italiano Matteo Moschetti, que ganó la pasada edición, y el también italiano Matteo Trentin.