Son ya cinco jornadas. Cinco jornadas en las que el Atlético Malagueño ha sumado cero puntos, cinco derrotas. Deja de ser ya casualidad o golpe de mala suerte. Es una dinámica que comienza a repetirse, a hacerse monótona, a normalizarse. Ante el Recreativo Granada, el filial blanquiazul fue un espejismo de lo que era otrora. Sin alma, con poco juego y con un notable déficit de pegada.

Tras cinco partidos, el único gol logrado por el Malagueño fue en el derbi local ante el Marbella y fue obra de Marcos Ruiz en propia meta. Síntoma de una de las carencias que arrastra un equipo que cuenta actualmente con Joan Grasa y Joel Arimany como referentes y que espera que aporten hombres de la segunda línea como pueden ser Luismi, Kara, Juan Cruz o Antoñín.

Pese a ello, el encuentro se resolvió por un corto 0-1. Ese alambre tan corto que cualquier despiste, golpe de suerte o genialidad individual puede cambiarlo. De hecho la primera mitad, con leve superioridad en el dominio de los granadinos, no tuvo un dominador claro pero sí gozó de un detalle que cambiaría el encuentro. En el 44', Abqar veía la roja directa por un derribo a Jean Carlos. Era el último hombre y el colegiado gaditano no dudó. Se preveían 45 minutos con uno menos, quedaba todo el segundo tiempo.

Ante todo pronóstico, el Malagueño mostró sus mejores minutos del encuentro en el arranque del segundo periodo. Los de Dely Valdés salieron excitados al campo, doblegando esfuerzos ante la inferioridad. Sorprendieron a los nazarís, que dieron un paso atrás obligados por los blanquiazules. Aun así, no llegó a gozar de ninguna ocasión clara.

De hecho, fue en ese momento cuando el Granada aprovechó para dar el zarpazo al boquerón. Una mala decisión de Deco provocó un contragolpe que conduciría Nacho Buil hasta la frontal ante la pasividad de la zaga local. Al llegar a ella, gambeteó engañando a Ián Soler y pegarle con la zurda al arco de Kellyan, que no pudo hacer nada ante el buen disparo del canterano nazarí.

Paso atrás del Granada con el 0-1, que aprovechó el Malagueño para tener algo más de balón, pero que no terminó en ningún momento de darle buen uso. La expulsión de Caio igualó la inferioridad numérico y dio algo de alas a los blanquiazules en el tramo final. Joel, Antoñín y Kara salieron a escena, pero sirvió de poco.

El Malagueño no carbura y parece lejano a hacerlo tras los malos síntomas mostrados en las primeras cinco jornadas.